Hay que tener cuidado en cómo reaccionamos ante situaciones de estrés, como estar trabajando y que tu hijo quiera jugar. (Foto: Ketut Subiyanto / Pexels)
Hay que tener cuidado en cómo reaccionamos ante situaciones de estrés, como estar trabajando y que tu hijo quiera jugar. (Foto: Ketut Subiyanto / Pexels)

Naran Xadul

Había una vez una mamá que tenía 4 o 5 horas al día libres para trabajar, podía concentrarse en solo una cosa y terminar sus tareas a tiempo. Esta mamá podía hacerlo en casa o en una oficina, hasta que un día, tuvo que quedarse en casa con sus y pasar 11 horas sentada enfrente de la computadora sin poder concretar más de 2 cosas.

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Esta mamá somos tú, yo y todas, en una realidad que se llama pandemia y en la que nos la pasamos diciendo: “espérame tantito”, “dame dos minutos y voy”. Y no sé tú, pero a mí me pasa -casi todos los días- que cuando más trabajo tengo, mi hija requiere más de mí.

Estos tiempos han sido profundamente diferentes a cualquier momento de nuestras vidas, ahora estamos con una mano en la computadora y con los ojos en las clases en línea. Dejamos de jugar para atender llamadas y contestar correos, lo que nos tiene en el límite de gritar y perder la paciencia.

Hay 2 cosas que nunca debes decirle a tus hijos cuando estás ocupada, por más trabajo que tengas o estés en una junta súper importante.

La primera es “Déjame en paz”

Una cosa es que lo pensemos y hagamos bromas respecto a esto, y otra muy diferente, decírselo a los niños. Pues el mensaje que estás mandando es que es una molestia, que no tienes tiempo para él, que no te interesa lo que tenga que decirte o necesite de ti.

Es importante hacerles saber a los niños que aunque tengas mucho trabajo, sus necesidades están cubiertas, que lo escuchas a pesar de estar ocupada, que no debe sentirse inseguro.

Decirle esto puede dañar su autoestima y la relación entre ustedes. Prueba pausar un momento, tocarlo, verlo a los ojos y decirle: “sé que quieres jugar conmigo, estoy en una junta, cuando acabe podemos ir a leer libros”.

La segunda palabra es: ¡salte de aquí!

¿Te puedes imaginar lo que siente tu hijo cuando lo sacas del lugar donde estás trabajando? ¿Puedes percibir el nivel de rechazo que hay en esta frase y el daño que puede hacer?

Antes de decirle esto a tu hijo, deténte un momento. Pídele con todo respeto que te permita terminar lo que estás haciendo, haz un espacio en tu oficina o el lugar donde trabajas para que tu hijo se siente y te espere ya sea dibujando o con masitas.

Recuerda que los niños no tienen noción del tiempo como nosotros, así que puedes decirle: en cuanto cierre la computadora, nos vamos a dar un paseo o salimos a tomar un jugo a la cocina. También puedes poner una alarma para ayudarle a que aumente su tolerancia a la frustración.

Hay que tener cuidado en cómo reaccionamos ante situaciones de estrés -como estar trabajando y que tu hijo quiera armar rompecabezas en ese momento-, ya que podríamos lastimar su autoestima, su seguridad y su corazón.

Yo lo que hice fue poner una mesita a un lado de mi escritorio, y en lo que atiendo las juntas del trabajo, juego un poco con mi hija, a veces solo es cuestión de organizarnos y atrevernos a ver otras formas de coexistir en nuestro trabajo con los niños a un lado.

Cuidemos seguir siendo respetuosos con los pequeños, pues para ellos también está siendo difícil esta pandemia.

Escrito por Silvia Ruiz para

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