El primer día de la semana parece que estamos con menos ganas de trabajar o estudiar. Luego de un gran fin de semana, la mayoría de personas no desea retomar su rutina. Sin embargo, basta tomarse unos minutos para tranquilizarnos y calmar nuestra mente y cuerpo. Primero, se tiene que tener conectado la mente y el cuerpo. Así que, cuando despiertes, inspira y expira profundamente hasta 4 veces. Cierra tus ojos y centra tu atención en los dedos del pie y en aquello que sienten. Desde los dedos de los pies, ve subiendo tu conciencia por los pies y piernas, a través de la cadera, torso, brazos, pecho y cuello, hasta llegar a la cabeza (siempre consciente de lo que se siente en cada parte del cuerpo). Cuando llegues a la cabeza, vuelve a descender de nuevo sintiendo cada parte y cada extremidad internamente, e imaginando una luz blanca fluyendo por nuestro cuerpo.
Además, otro ritual que debes realizar para recuperar la energía es bailar, ya que nos hace sentirnos más alegres. Así que ya sabes, muévete. . Escucha la música profundamente y permite que el cuerpo reaccione a ella. Este ejercicio no consiste en parecer nada, ni en bailar bien, sino en permitir que tu cuerpo se exprese por si mismo en la manera que a tí te parezca correcta. Recuerda que entre los beneficios se encuentra reducir la ansiedad, mejorar la circulación, el conocimiento del cuerpo de uno mismo, aumentar la energía y por supuesto, mejorar el estado de ánimo. Sin duda, pensar en positivo puede ahuyentar tu cansancio. Pero,si apenas pones un pie fuera de la cama comienzas a pensar en todas las tareas que debes realizar a lo largo del día, lo más probable es que te agobies tanto que te entrarán ganas de volver a meterte debajo de las sábanas. Entonces, mejor cuando te diriges hacia el trabajo, selecciona las 3 tareas más importantes del día, aumentando tu productividad sin estresarte.
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