La transpiración es uno de los mecanismos que tiene el cuerpo para enfriarse frente a la elevación de la temperatura corporal. En ese proceso el cuerpo pierde agua que pronto se recupera en la medida que bebemos líquido; sin embargo, los niveles de transpiración pueden variar entre las personas y en algunos casos ser excesiva requiriendo no solo más líquido sino también una bebida rehidratante.

Este es el caso del ejercicio físico moderado por más de una hora o intenso durante una hora. También hay personas que padecen de hiperhidrosis cuyo nivel de transpiración es mucho mayor al promedio en distintas partes del cuerpo, por ejemplo, manos, pies, nuca, espalda y axilas.

Por lo general, el agua o líquidos saludables compensan bien mientras que, de llegar al punto de mojar las prendas o las superficies, la bebida rehidratante que contiene glucosa y electrolitos como sodio, potasio y cloro podría ser necesaria como adicional o como parte de los 2 litros de líquido que se requiere en promedio.

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