El atragantamiento es, lamentablemente, una de las causas más comunes de lesiones en niños de 6 meses a 3 años de edad. Y es que hay ciertos alimentos peligrosos que suelen ser consumidos por los pequeños de casa sin supervisión de los padres como caramelos, frutos con pepas o carne de pollo con huesos en su interior.
Por ese motivo, es importante prestar atención a las señales de alerta en el menor cuando esté ingiriendo alimentos. Algunos signos claros de atragantamiento son lágrimas acumuladas en los ojos, tos constante, comportamiento errático y rostro visiblemente enrojecido.
Una vez haya identificado estos síntomas, mantenga la calma ante todo, ya que por lo general el niño es capaz de expulsar el objeto por sí mismo. Sin embargo, cuando la obstrucción es total, deberá actuar rápidamente y emplear la técnica adecuada.
Maniobras de auxilio
Empiece por colocar al niño boca abajo sobre sus rodillas y llevar su cabeza ligeramente hacia abajo. Luego, de cinco golpes secos en su espalda, entre los omóplatos, con el talón de la mano. Se recomienda repetir la acción tres veces, prestando atención que el niño esté consciente y respirando.
Si la situación no mejora, no dude en llamar a emergencias y emplear la maniobra de Heimlich mientras la ayuda llega. En este caso, colóquese detrás del menor, rodéelo con los brazos de modo que sus puños queden por debajo de su esternón. Después, comprima con fuerza cinco veces hacia arriba y hacia atrás.
¿Cuándo acudir al médico?
Por lo general, cuando el niño ha conseguido expulsar el objeto tosiendo y se ha recuperado enseguida, no hace falta ir al hospital. Sin embargo, si continúa tosiendo luego de haber expulsado el trozo de alimento u objeto, lo mejor será pedir ayuda a un profesional ya que es posible que un trozo más pequeño se haya quedado atorado dentro.