Hacer actividad física, interrelacionarse con la familia, amistades o pertenecer a clubes de adultos mayores ayudan a tener una mejor salud física y mental.
Hacer actividad física, interrelacionarse con la familia, amistades o pertenecer a clubes de adultos mayores ayudan a tener una mejor salud física y mental.

En el Perú, hay más de cuatro millones de personas mayores de 60 años, según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Por ello, cada 26 de agosto se conmemora el Día Nacional de las Personas Adultas Mayores para concientizar sobre las necesidades de este grupo que representa el 12,7% de la población peruana.

“Dentro de todos los grupos poblacionales, es indiscutible que la vulnerabilidad de los mayores de 60 años ha destacado, tanto en la esfera física, mental y social de la salud”, afirma el médico geriatra Fernando Runzer, investigador de la Universidad Científica del Sur.

“Cada adulto mayor que tengo el gusto de atender cuenta su propia historia, tiene diferentes enfermedades, tiene familias con dinámicas distintas y afronta sus comorbilidades con diferentes niveles de interés y cuidado. Así, dar consejos y recomendaciones generales es muy difícil, pues cada paciente es un mundo, pero hay algunos detalles que sí podemos compartir con el ánimo de prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida”, añade.

Es fundamental mantener un nivel de actividad física para lograr el equilibrio en nuestra salud.
Es fundamental mantener un nivel de actividad física para lograr el equilibrio en nuestra salud.

Pero, ¿qué debo hacer para tener un envejecimiento saludable? Si llego con muchas enfermedades a la edad adulta mayor, ¿puedo mantenerme saludable? Si ya pasé los 60 años, ¿puedo mejorar mi salud? El médico brinda cinco consejos para llevar una vejez con salud.

1. Control de factores de riesgo cardiometabólicos. El envejecimiento es un proceso muy activo y dinámico y no inicia a los 60 años: uno envejece desde que nace. Este punto es importante, pues pasar de la niñez a la adolescencia es envejecer, y cumplir 60 años no debería ser sinónimo de enfermedad. En general, la mejor forma de garantizar un envejecimiento saludable se relaciona con los siguientes factores: salud cardiometabólica, salud mental, entorno social y chequeos médicos periódicos.

Es muy importante que desde etapas tempranas de la vida promovamos una dieta balanceada, sin exagerar el consumo de los carbohidratos (harinas y azúcares) y las grasas. Educarnos mediante el consejo de profesionales de la salud para encontrar una dieta específica para nuestros requerimientos y una cuota de fuerza de voluntad bastan para controlar nuestra nutrición. Lo mismo ocurre con la hipertensión, la obesidad y la diabetes, ya que son enfermedades ligadas a lo mencionado anteriormente. En ese sentido, es fundamental mantener un nivel de actividad física para lograr el equilibrio en nuestra salud.

2. La salud mental. Las enfermedades como la depresión, las demencias o la ansiedad son un desbalance de compuestos químicos y neurotransmisores, así que requieren atención de profesionales de la salud, al igual que la diabetes, la hipertensión o la artrosis. Sin tratamiento, solo empeoran, se perpetúan y generan mayor impacto en la calidad de vida del paciente y su entorno. Prevenir problemas de salud mental es la mejor forma de afrontarlos, buscando la ayuda a profesionales de la salud mental. No es normal en un adulto mayor estar “triste” o “tener olvidos” que afecten su relación con su entorno.

3. Entorno social. Hacer actividad física, interrelacionarse con la familia, amistades o pertenecer a clubes de adultos mayores son ejemplos excelentes de cómo un adulto mayor puede mejorar su sociabilidad y, en consecuencia, tener una mejor salud física y mental. Debemos cambiar el estereotipo de un adulto mayor sedentario y solitario por una visión de envejecimiento activo, social y con muy buena calidad de vida.

4. Hábitos nocivos. El consumo de alcohol, tabaco y drogas ilegales es peligroso para la salud. Se relaciona con alto riesgo de cáncer, enfermedad cerebrovascular, infarto cardiaco y muerte, además de riesgo de quedar dependiente o postrado en cama como consecuencia de estas enfermedades. Nunca es tarde para dejar algunos malos hábitos. Consulte a un profesional de la salud para que lo acompañe en el proceso.

5. Chequeos médicos periódicos. No hay una cantidad de veces establecida para acudir al médico, pero si usted tiene enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión u otras que se pueden controlar, debe ir a consulta lo suficientemente seguido como para no poner en riesgo la adherencia al tratamiento farmacológico y los controles de salud. Si no se padece de ninguna enfermedad, los chequeos anuales podrían ser suficientes, pero deben incluir tamizajes de enfermedades comunes como problemas de memoria, problemas afectivos, enfermedades cardiometabólicas, cáncer, osteoporosis, artrosis, fragilidad, sarcopenia y muchas otras más, por lo que chequeos preventivos con geriatras suelen ser más integrales, pues nuestra labor en un consultorio es prevenir enfermedades y/o sus complicaciones.

Entonces, ¿cómo puedo garantizar que mi envejecimiento sea lo más saludable posible? Siga los consejos ya mencionados. Si llego con muchas enfermedades a la edad adulta mayor, ¿puedo mantenerme saludable? Claro que sí. Si ya pasé los 60 años, ¿puedo mejorar mi salud? Por supuesto.