El consumo de tabaco es un problema de salud pública en el Perú porque es el principal responsable de originar perjuicios para la salud de la población. Según el Ministerio de Salud (Minsa) aproximadamente 22 000 peruanos mueren cada año por enfermedades relacionadas al consumo de tabaco, entre ellas el cáncer.

Muy pocos conocen que el humo del cigarro tiene alrededor de 4 000 productos químicos y de ellos 250 son nocivos y 70 son cancerígenos. Entre los elementos se encuentran la nicotina (sustancia química adictiva), plomo, arsénico, amoniaco, elementos radioactivos como el uranio, el benceno, monóxido de carbono, entre otros.

Estas sustancias dañinas se absorben muy fácilmente y se trasladan por la sangre a todo el cuerpo. Las investigaciones señalan que el cigarro puede ocasionar hasta 14 tipos de cáncer, siendo los fumadores los más propensos a desarrollar alguna de ellas”, indica el doctor Octavio Cabero, cirujano oncólogo torácico de Oncosalud.

Entre las enfermedades oncológicas causadas por el cigarro se encuentran el cáncer a la nariz, boca, lengua, esófago, faringe, garganta, laringe y pulmón. Sin embargo, también en lugares impensados como mama, cuello uterino, vejiga, páncreas, ovario y estómago.

Consecuencias del consumo en niños y adolescentes

Según investigaciones publicadas por Oncosalud, en Lima Metropolitana el 51 % de los fumadores inició su consumo siendo menor de edad, entre los 13 y 17 años.

El especialista menciona que en el caso de los adolescentes y jóvenes que iniciaron el consumo de cigarrillos se incrementa el riesgo de padecer distintos tipos de cáncer en edad adulta. Es más, en un corto tiempo tendrán problemas en su salud que incluyen crisis asmática, deterioro mental, daños metabólicos, tos frecuente, disminución del estado físico, problemas respiratorios y enfermedades cardiovasculares.

Fumador pasivo o humo de segunda mano

Por otro lado, muchos de los adolescentes están expuestos a aspirar el humo de tabaco ambiental generado por otras personas que fuman a su alrededor.

De acuerdo a la OMS, el humo que inhalan los fumadores pasivos contiene tres veces más nicotina y alquitrán que el que aspira el fumador, y hasta cinco veces más monóxido de carbono, lo cual confirma el grave impacto en la salud de quienes se ven afectados pese a nunca encender un cigarrillo”, señaló Cabero.