Se le conoce como síndrome del cuidador quemado al estado de agotamiento físico, emocional y mental que ocurre en personas que asumen el rol de cuidar a un ser querido durante un largo periodo de tiempo, como en el caso de pacientes con enfermedades crónicas. En este artículo, la psicóloga Claudia Tassara brinda más información sobre esta situación y propone algunas estrategias para prevenirlo.

SÍNTOMAS.

Los problemas de sueño, irritabilidad, aislamiento social, niveles altos de estrés y ansiedad, falta de apetito (que ocasiona pérdida de peso) y cambios de humores repentinos son los indicios más comunes de este síndrome. Incluso, algunos cuidadores pueden llegar a sufrir dificultad para memorizar o sumirse en el consumo de tabaco o alcohol, sin dejar de lado las alteraciones en sus actividades laborales.

¿CÓMO PREVENIRLO?.

Para no caer en este síndrome, cuando empieza a cuidar a su ser querido, el primer paso es investigar bien sobre la enfermedad que padece su ser querido. “De esa forma podrá controlar mejor la situación y, ante cualquier complicación, no entrará en un estado ansioso, ya que sabrá cómo actuar”, explica la licenciada.

Por otro lado, también es necesario aprender a pedir ayuda sin sentirse culpable y designar responsabilidades a otras personas para que la carga sea menor. Otro punto muy necesario es dedicar un tiempo para su autocuidado. “Procure que el paciente no sea su todo y su centro, dejándose a usted de lado”, indica Tassara. Las citas con amigos o la actividad física ayudará mucho.

¿CÓMO PUEDE AYUDAR EL ENTORNO?

Si ha detectado que algún amigo o familiar tiene el síndrome del cuidador quemado, puede ayudar llamándolo constantemente para que se sienta escuchado y acompañado. También opte por brindarle opciones de actividades para que se distraiga. Finalmente, si observa que está entrando a un estado grave de depresión o estrés, aconséjele que busque apoyo psicológico.

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