¡Secreto revelado! Tres pasos sencillos para una base perfecta

Un error común en una principiante, en el mundo del maquillaje, es olvidar esa clave en todo retoque básico: la base. Para lograr el mejor partido y belleza de nuestra piel, la clave está en utilizar tres productos esenciales como una base, polvos bronceadores y un corrector iluminador.

¿Cómo se logra?

PRIMER PASO. La limpieza ante todo. El rostro debe estar correctamente aseado e hidratado para poder aplicar sobre ella una base de larga duración. En el momento de la elección del producto, el mismo tono de nuestra piel es lo mejor. Ni más oscura ni más clara.

En este caso, un buen consejo es mezclar la base de maquillaje con un suero reparador. De esta forma, la interesada puede conseguir un extra de hidratación y la piel se verá más luminosa.

SEGUNDO PASO. Al finalizar la primera medida, los polvos de sol entran en acción. Para no aplicar una gran cantidad se debe descargar el exceso de los polvos de sol y utilizarlo solo sobre las zonas sobresalientes del rostro (la sien, los pómulos y la mandíbula). Este producto se puede fijar con brocha en la parte debajo del hueso del pómulo, desde la raíz del pelo hacia la barbilla.

Esta sencilla técnica se debe repetir en las sienes y en el óvalo con el fin de afinar el rostro. Este tip se puede utilizar también para disimular una nariz ancha. Para tal objetivo, los polvos se emplean justo en los laterales. Ojo, no olvide difuminar lo mejor posible para que el tono sea homogéneo. Igualmente, la aplicación es igual en la frente para no apagar ese punto de luz.

TERCER PASO. Para finalizar, el corrector batalla por tapar las ojeras, y dar toque iluminador para resaltar y crear volúmenes en el rostro.

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