¿Te ignoró el chico que creías gustarle? Quizás él sufra de este trastorno

Imagínate que te enamoras de un chico, todo va bien entre ustedes, se hablan, conversan todas las noches, salen y hasta hay risas cómplices cada vez que se encuentran. Sin embargo, de un momento a otro se aleja y hasta decirte no verte sin entender a fondo qué pasó. ¿Te ha pasado algo similar?

Quizás esta persona sufra de filofobia, ¿has escuchado de este término? Ello consiste en el miedo a enamorarse o a entrar en una relación romántica. Es decir, toda la magia podría irse al tacho por este trastorno que ocurre con algunas.

Según portales médicos, la filofobia no se trata del nerviosismo normal que ocurre cuando uno comienza a conocer a alguien que le gusta. El temor es tan intenso que pone en marcha varios mecanismos de defensa. Igual que una persona se vale de algún arma para defenderse cuando siente que la están atacando y que está en peligro, así mismo la persona con filofobia se vale de ciertos patrones de conducta cuando siente que va a enamorarse.

¿Cómo se debe manejar estos casos? Bueno, no te sorprendas si él busca relaciones inalcanzables, es decir, si busca estar encasillado con personas que sabe que nunca podrá tener a su disposición. Eso les sirve como apoyo emocional, pues así no se enamoran, pero ¿qué ocurre con el otro panorama? ¿qué sucede si él siente que la otra persona también siente algo intenso por él? ¿la dejará ir o luchará por tenerla a su lado?

Un informe publicado 'The clinic' afirma que los filófobos se escuchan en que “la idea de que su pareja les dejará por otra persona les sirve de excusa para no comprometerse.”

Sin embargo, hay métodos para contrarrestar este problema:

1. Está la terapia cognitiva: Un terapeuta cognitivo te ayudará a reconocer y entender el proceso mental que te lleva a sentir temor. Luego te ayudará a implementar técnicas para detener el proceso mental destructivo y reemplazarlo por uno constructivo.

2. La terapia de desensibilización afectiva es usada para fobias de todos tipos: Consiste en exponer al paciente con el objeto o situación que le causa miedo, en este caso relaciones románticas, hasta que se desensibiliza. El terapeuta hasta puede valerse de la tecnología para simular esta interacción y así prepara a la persona para situaciones de la vida real.

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