¿Cómo es esto posible? Una investigación sostiene cómo la actividad sexual involucra a que las personas se vuelvan más inteligentes. Así lo dio a conocer Kai Epstude Föster, un reconocido psicólogo, que indicó que durante el enamoramiento las personas pasan más tiempo dentro de la fantasía, pero cuando pasan los años y se aprende a sobrellevar las decepciones o errores, el amor se percibe de otra manera.
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Por ello, en lo que se refiere netamente a sexo es indispensable entender que es diferente al amor y por consiguiente, el deseo sexual es distinto a extrañar o querer a alguien. Tener intimidad es más redituable emocional y físicamente para cualquier persona. La actividad sexual se asocia con mejores habilidades cognitivas y estas ventajas permanecen en los adultos mayores, siempre y cuando la actividad íntima sea constante durante la juventud y adultez. Los ancianos se muestran con mejor fluidez verbal, recuerdos más frescos y con una memoria mucho más activa en comparación al pasado.
A veces el sexo casual es funcional, ya que permanecemos más al tanto de lo que ocurre a nuestro alrededor y dejamos de pensar en nuestro cariño y las relaciones afectivas. Así, las personas que mantienen relaciones sexuales con frecuencia, son mucho más activas y liberan estrés de manera natural por lo que se recomienda en momentos de cansancio, trabajo excesivo o presiones. Entonces, ¿cómo influye la intimidad en la vida diaria?
Hay que entender que el amor, al incluir sentimientos y características afectivas, nos quita tiempo y espacio para la concentración y mejor rendimiento en las actividades comunes. A pesar de ello hace que las personas se sientan felices y vivan con una actitud positiva, aunque más alejados de lo que hacen, a diferencia de cuando se experimenta la intimidad. ¡Ya lo sabes!
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