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Gozar del maltrato como espectadores de un caso de o acoso escolar es una muy mala señal pero elegir no intervenir tampoco mejora la situación. Los testigos de este círculo de violencia, pueden convertirse en agresores o víctimas porque ven la situación como natural, así lo advirtió el médico psiquiatra Horacio Vargas, director adjunto del Instituto Nacional de Salud Mental.

El especialista señaló que en todo caso de acoso escolar hay tres actores: agresor, víctima y testigo, formando así el “triángulo del Bullying”. Tanto el agresor como su víctima vienen en su mayoría de familias disfuncionales, o que han vivido algún conflicto familiar o episodio de maltrato u hostilidad de sus padres o cuidadores, por lo que son vulnerables a tomar posiciones similares a las del agresor o del agredido. 

El remedio

El doctor exhortó a los padres a no limitar a los hijos menores a involucrarse con la , darle mayor acceso para comunicarse, reconocer los logros alcanzados y darles demostraciones de afecto. 

También resaltó la importancia de estar pendiente de los hijos para ver si presentan cambios emocionales y físicos. “Deben estar atentos si no quieren ir a la escuela, presentan rasguños o moretones, regresan del colegio con la ropa sucia y cuadernos maltratados. Si se detecta alguna señal de bullyng, converse con su hijo y busque ayuda profesional en un establecimiento de salud”, resaltó.

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