Al llegar al mundo, los bebés experimentan muchos cambios en relación al entorno al que estaban acostumbrados en el viente de su madre desde donde podían escuchar sus latidos, voz y constante movimiento. Para que el impacto no sea tan fuerte, los bebés necesitan un ambiente lo más parecido al del vientre y el porteo es uno de ellos.
Esta alternativa, que podría definirse como un arte ancestral que practican la mayoría de los mamíferos, permite igualar (o casi) esa experiencia. Gracias a los portabebés que respetan la anatomía y fisiología del bebé y del porteador la unión madre e hijo puede intensificarse aún fuera del vientre.
¿En qué momento portear?
* Desde que el bebé se mantenga sentado (6 - 8 meses, en esta etapa el bebé adquiere el control de su columna) hasta alrededor de los 3 años, esta etapa durará hasta que hijo o padres queramos portear.
Hay muchos más beneficios por los que deberíamos portear a para nuestros bebés. ¡Presta atención!
1-Favorece el desarrollo de la cadera y columna del bebé.
2- Potencia la estimulación temprana porque cuando el bebé va en brazos ve el mundo desde el mismo sitio que el porteador, en lugar de ver techos, rodillas o tubos de escape, desde su coche.
3- Beneficia la lactancia materna, ya que el contacto entre el bebé y la mamá estimula la producción de leche.
4- El bebé se siente más seguro y protegido, por lo que disminuye la frecuencia, duración e intensidad del llanto
5- Beneficia el ritmo cardíaco y respiratorio del bebé y ayuda a regular su temperatura corporal. El contacto con el cuerpo del porteador le transmitirá su calor corporal, acompasará sus latidos y lo relajará.
6- Lo ayuda a conciliar el sueño con más facilidad, ya que el movimiento de nuestro caminar le produce un suave masaje natural que lo relaja. Proporciona seguridad emocional, tranquilidad e intimidad.
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