También llamada como la "vitamina de la juventud" esta se encuentra en aceites vegetales, como el de oliva, girasol, o cártamo; cereales integrales, como la cebada, germén de trigo y avena; yema de huevo, palta, papaya, leche, mantequilla, hígado, legumbres, como los garbanzos, frutos Secos, sobre todo en almendras y nueces, semillas, como las de girasol o chia, verduras de hoja verde, como espinacas o acelgas, pescados (azules mayormente).
5 beneficios de su consumo:
1. Antioxidante. Ayuda a proteger los ácidos grasos, elimina los compuestos inestables que dañan la estructura celular y aumenta el nivel inmunológico.
2. Protector. Elimina las toxinas que pueden hallarse en el aire, problemas oculares, durante el periodo menstrual; así como contra enfermedades neurológicas y la diabetes.
3. Reduce el colesterol. Además de reducir el riesgo de padecer cáncer y mejor la circulación sanguínea.
4. Piel. No solo cuida la piel, sino también el cabello, gracias a sus propiedades regenerativas.
5. Juventud. Pone en pausa el envejecimiento de la piel, haciendo que luzca más joven y eliminando las líneas de expresión y arrugas. Es ideal para los procesos de curación de quemaduras solares, cicatrices, estrías, acné y las arrugas, ya que acelera la regeneración celular.
Sin embargo, debe tener en cuenta que el exceso de consumo de la vitamina E puede producir náuseas, diarrea, dolor de estómago, fatiga, debilidad, dolor de cabeza, visión borrosa, hematomas y pérdida de sangre.
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