A pesar de que en el Perú ocurren, cada año, cerca de 87 mil , que dejan el fatídico saldo de 3500 fallecidos, solo 515 conductores, de transporte público y privado, se encuentran privados de su libertad por causar muerte o dejar heridos graves cuando estaban frente al volante.

Para la , la cifra de conductores que se encuentran tras las rejas no refleja ni guarda relación con el número de fallecidos en las pistas peruanas, de los cuales entre 600 y 700 corresponden a Lima Metropolitana.

Cabe señalar que en el 2018 ocurrieron un total de 28,535 accidentes considerados “fatales” y de “gravedad” (por ocasionar muertes, heridos graves y discapacidad). Sin embargo, no todos los responsables cumplen condena de cárcel.

Al detalle

Según información del Instituto Nacional Penitenciario (Inpe) proporcionada a OJO, 203 personas se encuentran recluidas por conducir en estado de ebriedad o bajo el efecto de las drogas, 3 por fuga del lugar del accidente, 107 por ocasionar lesiones culposas y 202 por lesiones culposas graves.

Lima es la región con mayor número de reclusos por este delito. Le siguen La Libertad, Cusco, Lambayeque e Ica.

Según el ordenamiento penal peruano, un chofer puede ir a la cárcel por causar muertos o heridos mientras conducía en estado de ebriedad o bajo los efectos de las drogas, pero también por no prestar auxilio a las víctimas al momento del accidente (fuga), y por negligencia o imprudencia, como ha sucedido con algunos choferes de transporte público.

“Ocurre que varios conductores deberían cumplir la condena en la cárcel por ocasionar la muerte o dejar inválidas a las víctimas, pero sucede que varios llegan a conciliar, usan argucias legales o salen librados porque no se les llega a comprobar que el accidente de tránsito que protagonizaron fue por alguna negligencia”, explicó a OJO la abogada penalista Romy Chang.

La Policía de Tránsito detalló a OJO que en lo que va del año han desplegado un gran control y campañas informativas que han logrado reducir la cantidad de accidentes. Por ejemplo, la Policía de Tránsito realiza todos los fines de semana operaciones de control de alcoholemia de manera simultánea en diferentes zonas de la capital, que han permitido intervenir a conductores que manejaban en estado de ebriedad.

Para Milton Rojas, psicólogo de Cedro, a pesar de los avances, falta interiorizar entre los peruanos esa relación entre conducir y no tomar. Ello se debe a causas culturales, pero también familiares. Por ejemplo, una encuesta realizada encontró que el 20% de conductores que iban a las playas del sur admitían haberlo hecho bajo los efectos del alcohol.

Ojo al dato

El penal de Ancón II concentra el mayor número de estos reos al volante que desencadenaron muertes y heridos graves en las pistas.