No hay dolor más grande que el ver morir a tus seres queridos y no poder hacer algo para salvarlos. Esa tragedia lo vivió José Alberto Olivos Fernández, quien escuchó los desesperados gritos de seis de sus familiares y otros pasajeros que se quemaban al interior del bus interprovincial de la empresa Sajy Bus. Diecisiete fallecieron en esta tragedia que pudo evitarse de haberse cerrado a tiempo el terminal informal donde se embarcaban.
José Olivos contó que él y otros ocho integrantes de su familia llegaron a Lima el viernes para asistir a la boda de uno de sus hijos.
El domingo por la noche debían de regresar a Youtún, en Chiclayo, y compraron sus pasajes en la mencionada empresa, en la avenida Marco Polo, urbanización Fiori, distrito de San Martín de Porres.
Tras sentarse en sus asientos, José Olivos se percató de que el bus carecía de garantías de seguridad. A los segundos, sintió que de la parte trasera del vehículo emanaba un fuerte olor a combustible.
Tragedia
“Bajé del carro para avisar al chofer que olía a gasolina. Él no me hizo caso y luego tiró unas bolsas al depósito; en ese momento todo ardió en llamas”, narró.Añadió que corrió a la puerta para entrar y salvar a sus familiares, pero no pudo porque la puerta estaba congestionada con pasajeros que intentaban huir. “Vi salir a mi hija Estela Olivos Sipión con su hijito. Los tres nos abrazamos y lloramos. Intentamos ayudar a quienes estaban dentro, pero todo era en vano. Todo el carro ardía en llamas y solo se escuchaba los gritos de las personas”, refirió.
El hombre perdió a su esposa Rosa Sipión Rentería, de 57 años; a sus hijos Álex Ronald y Fanny Olivos Sipión, y a sus nietos de 3, 4 y 7 años. Estela Olivos, su hija sobreviviente, lamentó entre lágrimas esas terribles pérdidas.
Hamilton Olivos, hijo de Rosa Sipión, está desconsolado. “Fallecieron mi mamá, dos hermanos y tres sobrinos”, manifestó.
La familia Olivos Sipión carece de recursos para costear el traslado de las víctimas a su tierra natal. Por eso, ambos piden apoyo a las autoridades para los gastos del velorio y sepelio. La ayuda puede darse a través de la cuenta del Banco de la Nación 04057029887, a nombre de José Olivos Sipión.
En medio de la tragedia, la pequeña Carmencita, de 7 años, se salvó de morir quemada porque una mujer la lanzó por una ventana. Tras ser atendida por médicos, la menor fue trasladada al Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables. La tarde de ayer, la pequeña se reencontró con su familia. Por desgracia, sus parientes Manuela Rodríguez Varela (45) y Ricardina Figueroa López (50) fallecieron. Ambas serán sepultadas en Trujillo.
Embarazada e hijos
Elizabeth Carrillo Chileno, de 36 años, quien tenía dos meses de gestación, murió junto con sus hijos Jonathan Carranza Carrillo (22) y David L.C. (1).Ella viajaba a Chiclayo para la misa de su papá recientemente fallecido.
“Ella y sus dos hijos iban para la misa del mes de fallecido de su papá. Ella era muy apegada a su padre y siempre paraba pendiente de él, a pesar de que vivía en Lima desde hace 11 años”, informó Martha Chávez, cuñada de la víctima. Ella deja en la orfandad a tres menores de 17, 13 y 7 años.
Elizabeth Carrillo trabajaba como cocinera en un conocido restaurante, y Jonathan Carranza era cobrador.
Sus familiares han prendido una velas sobre una precaria mesa donde hay una foto de ella junto a su hijo mayor. “El hijo mayor de ella es de otro compromiso y su papá está llegando de provincia para que lo retiren de la Morgue”, informó un familiar.
“Nada me devolverá a mi esposa, nada devolverá a la madre a mis hijos. Esto fue una negligencia y solo espero que se sancionen a los responsables de esta tremenda tragedia que enlutó a varias familias”, exclamó el esposo de Elizabeth Carrillo.
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