Tragedia de Churín:  El dramático llamado de pasajera de minivan sepultada
Tragedia de Churín: El dramático llamado de pasajera de minivan sepultada

“Papá, sálvame por favor. Quiero vivir”, fueron los ruegos de Berenice Blas Osorio (24), la madre de familia que se aferró a la vida hasta donde le alcanzaron las fuerzas. “Papá, dame agua”, fue otro de sus ruegos la noche del lunes, horas después de quedar sepultada en una minivan, debajo de toneladas de rocas y tierra, en el kilómetro 86 de la carretera Huacho-Churín, en sector conocido como Pampa Libre.

Dino Bazán Jaimes, cuñado del chofer Edgar Pilco Salvador, también fallecido, cuenta que acompañó a John Torres, padre de Berenice, en sus intentos por rescatar a su hija antes de la llegada de los bomberos y policías. “Papá, ¿qué me miras? Sálvame, insistía Berenice. Luego dijo que intentaron salvarla, pero no pudieron porque sus piernas estaba atrapadas.

Con su hijo en brazos

Berenice, con su pequeño A.C.T. (de un año) fallecido en sus brazos, y su hermanita S.T.O (10), también fallecida junto a ella, se aferró a la vida durante 34 horas, hasta que en la madrugada de ayer, a las 5:00 horas, falleció. Era la última persona de los 15 ocupantes de la camioneta que hasta esa hora estaba con vida. “Ella habla, está estable”, era el mensaje alentador de los rescatistas a sus familiares.

Sin embargo, cuando faltaba solo una hora para el amanecer, los bomberos dejaron sus implementos en la boca de acceso a la camioneta atrapada. “Berenice ha muerto”, fue el comentario en voz baja.

Muy cerca, Omar Castro Sihuas (24), esposo de Berenice, esperaba sereno y paciente el rescate de su esposa. Pero al recibir la infausta noticia se armó de valor, y solo dijo: “Tenía fe” (de que saliera con vida). Berenice retornaba de Churín a Lima, luego de visitar a su madre.

Horas antes habían sido rescatados con vida Raúl Ventocilla Meléndez (21), quien falleció en el hospital Negreiros del Callao, y Deiner Sánchez Baca, quien dejó de existir en el hospital Casimiro Ulloa de Lima.

También fueros rescatados los cuerpos sin vida de Luis Canales Curo y Alejandro Alcócer Abarca. Este último tenía un brazo y una pierna amputados. Cuando la bolsa negra con los restos de Alcócer era introducida en un patrullero, los deudos se enfrentaron a la Policía, exigiendo que al menos que les muestren el rostro. “Yo soy hijo de Alejandro Alcócer”, dijo uno de ellos. Otras personas apoyaban los reclamos, incluso uno de ellos se echó debajo del vehículo policial.

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