Carabayllo: Antes de morir, empresario acusa a policía de mandarlo matar
Carabayllo: Antes de morir, empresario acusa a policía de mandarlo matar

Con las pocas fuerzas que le quedaban, luego de perder bastante sangre, el empresario Alfredo Raúl Espinoza Castillo (48) dijo a su ayudante que el policía Giancarlo Venturi Zárate lo había mandado matar.

“Él fue, el tombo fue”, repetía una y otra vez. Esta es la versión que recibieron los deudos de la muchacha que acompañó a la víctima camino al hospital. Momentos antes, en su puesto de frutas del mercado Tres Regiones, en Carabayllo, la víctima recibió tres disparos por parte de un joven sicario durante la mañana del pasado sábado.

A pesar de que fue auxiliada al instante y fue internado en un centro de salud, los impactos de bala dañaron zonas delicadas de su organismo y falleció luego de ser operado.

La familia sospecha del efectivo en actividad, que trabajaba en la comisaría de Santa Isabel y ahora en Puente Piedra, y su pareja María Luisa Toledo Gonzales, exconviviente del fallecido.

“Ellos venían, le hacían de todo a mi hermano, frente a frente. Como él (policía) llevaba el arma, le apuntaba, dice. Ya había amenazas”, manifestó Marianela Espinoza, hermana del empresario asesinado.

Además de antiguas riñas y procesos judiciales, por agresiones y abusos de autoridad, los implicados se disputaban la tenencia de la hija de Espinoza y Toledo.

Hoy, el fallecido debía ir a una audiencia sobre este caso para demostrar presuntas agresiones contra le menor de cinco años y así obtener la custodia.

“Él nos ha dejado todo tipo de documentos, como diciendo que ‘cualquier cosa que me pase, que hagan justicia por mí’”, comentó Marianela.

asesinato. Como todos los días, Alfredo Espinoza salió muy temprano de su casa, ubicada en la urbanización Las Gardenias, para ir a trabajar al mercado. Caminó unas cuantas cuadras y empezó a abrir sus cuatro puestos, uno de los cuales está al frente del puesto de su expareja, con la ayuda de una joven.

“Mi hermano estuvo con María como seis años, aproximadamente. Antes de separarse, ella lo dejó sin los puestos que habían obtenido con esfuerzo. Lo dejó sin nada y él empezó de nuevo a invertir y le fue muy bien”, detalló su hermana.

Justo cuando acomodaba varias manos de plátanos, apareció un desconocido, de casi 25 años, encapuchado y vestido con un polo celeste y de rayas blancas, que tenía el rostro cubierto con una panti.

El sicario apuntó directamente a Raúl y le dio tres balazos en el abdomen, que afectaron hígado y riñón. En cuestión de segundos, el homicida salió corriendo del mercado y abandonó el lugar a bordo de un vehículo.

Según Nicanor Espinoza, hermano de la víctima, su hermano, que murió después de casi ocho horas del ataque, le contó a su ayudante que una de las trabajadoras del puesto de María Toledo le indicó quién era la víctima (él), para que actuara de manera rápida y certera.

“La chica ha sido pagada por la señora para que le indique a quién disparar. El policía ha mandado a un sicario. El sicario vino hasta el lugar y la chica sindicó donde estaba. El policía es el autor intelectual”, declaró.

Después del atentado, desde un vehículo estacionado afuera del local, presuntamente Venturi le hizo señas al asesino para que escaparan en un auto, según contaron varios testigos.

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