Callao: Familia acusa a "Pato Ciego" del asesinato del dirigente vecinal
Callao: Familia acusa a "Pato Ciego" del asesinato del dirigente vecinal

Segundos antes de que lo mataran, en el interior de una iglesia cristiana, Richard Orlando Agurto Zelaya (44), activista por la paz en el , le dijo a uno de sus hermanos de fe que sentía como si lo estuvieran siguiendo y temía por su vida.

Su compañero lo tranquilizó diciéndole que no había nadie y que camine con Dios. Agurto salió y, a los pocos metros, dos sicarios en moto, provistos de miniametralladoras Uzi, lo asesinaron de más de 14 balazos, en la cuadra tres del peligroso barrio del jirón Zepita, frente al lugar donde por varias horas, se había encomendado a la palabra divina.

Sus parientes manifestaron que el fallecido iba a rezar con su esposa y su menor hijo. Esa noche, por fortuna, su pequeño de ocho años salió antes con su abuela. “Fácilmente lo mataban con todo y el bebé. Esos malditos no creen en nadie”, comentó un pariente que, por seguridad, prefirió no ser identificado.

Las amenazas contra su vida y la de sus familiares eran el pan de cada día. A pesar de que Luis Santiago Donaire Flores (23) “Pato Ciego”, un sicario que intentó matarlo, se encuentra en prisión, el miedo y los mensajes de muerte no se detuvieron. A fin de mes, según la Policía, iba a declarar en un juicio contra dicho presidiario, a quien los deudos lo acusan de ser el autor intelectual de su asesinato.

 Richard Agurto era presidente de la asociación “Justicia, Respeto y Dignidad al prójimo”, un colectivo que busca calmar la sed de sangre y violencia que hay en el Primer Puerto. Para sus familiares, esta actitud de enfrentarse a los delincuentes fue lo que enfureció al sanguinario “Pato Ciego”.

Este sujeto, sindicado como un líder de jóvenes sicarios en el Callao, estuvo apunto de matar al activista el pasado 22 de noviembre, pero su arma se le trabó cuando iba a terminar de balearlo en el cruce de los jirones Puno e Ica. Ese día pudo escapar con tres proyectiles en el cuerpo.

Sin embargo, la noche del martes, su muerte anunciada terminó por concretarse. Las armas de los dos sicarios dispararon y no fallaron. Su cuerpo no resistió el ataque. “‘Pato ciego’ ha mandado a su gente para matar a mi hermano. A Giomar, que es de Venezuela, lo ha mandado a la puerta de la iglesia. Él tiene todo comprado en el penal, él me llama del penal a amenazarme”, comentó a la prensa una de las hermanas del fallecido.

Dalila Rocío Triado Hurtado (42), viuda de Agurto, salió a denunciar cuando su esposo se salvó de milagro. No le importó dar la cara a los medios, así su vida y la de sus tres hijos corran peligro de muerte. En ese entonces, más de 40 policías cuidaban a su compañero de vida, con quien tiene 27 años juntos. Cuando los médicos le dieron de alta, los efectivos se ausentaron.

“¿De qué estado de emergencia hablan? Lo dejaron solo y me lo mataron. Pido justicia, que esto no quede impune. Toda mi familia está en peligro. No sabemos qué hacer”, dijo la mujer con amargura y los ojos llenos de lágrimas.

Después de algunas horas del crimen, la Policía capturó a Giomar Alva Quispe (21), alias “Giomarcito”, uno de los que habría disparado contra Richard y proporcionó las armas de fuego para el asesinato. El otro, según los deudos, sería Marcelo Zelaya Abanto “Marcelito”, quien está no habido.

Los parientes esperan la captura de este sujeto, a quien vieron crecer en el barrio. “Hasta fuimos al velorio de su mamá. Creció solo y se malogró”, dijo una familiar.

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