Morgue de Lima: forenses utilizan técnicas modernas para que no hayan cadáveres no identificados
Morgue de Lima: forenses utilizan técnicas modernas para que no hayan cadáveres no identificados

Con tan solo analizar un tatuaje, los forenses de la  pueden identificar el cadáver de una persona. Un lunar, una lesión, una fractura antigua o una cicatriz también pueden ser las pistas perfectas para que los expertos determinen la identidad de los NN. En lo que va del año, estos especialistas del Ministerio Público han identificado los cuerpos de 168 personas, varias de ellas atropelladas, asesinadas a mansalva o víctimas de feminicidio.

El doctor Juan Víctor Quiroz Mejía, jefe del Instituto de Medicina Legal, y su equipo de forenses identifican a los cadáveres a pesar de que todas las huellas parecen haber desaparecido. Para ello, usan diferentes técnicas, como la dactiloscópica, antropológica, odontológica, ADN y superposición de imágenes. “Es un trabajo de relojero y, sobre todo, en equipo. Todo se hace con escrupulosa precisión, desde la recogida de las muestras en la montaña hasta su tratamiento y atribución”.

Pieza clave: las manos. Luis García Coronado, especialista papiloscópico, quien tiene 10 años en este oficio, informó que cuando un cuerpo NN llega a la Morgue se toman las impresiones de sus “pulpejos dactilares”. Luego de registrar las huellas de las manos, se compara con la información de la base de datos de la Reniec. “El sistema arroja posibles identidades y lo que se hace es comparar las crestas dactilares de la víctima con los posibles candidatos”.

En caso de que el cuerpo se encuentre en estado de descomposición, ahogado, quemado, momificado o putrefacto, se realiza la regeneración de pulpejos. “Se quita el exceso de grasa con acetona y alcohol, y se calientan en una solución para que las ‘crestas dactilares’ o huellas se visualicen fácilmente. Posteriormente se estampan, a través de tinta, en una planilla y así se identifica a los cuerpos”, explicó.

No toda investigación comienza con un cuerpo completo. En ocasiones, la información del cadáver está difusa debido a que la víctima está calcinada, momificada, putrefacta o le faltan los dedos. En este caso, usan la prueba antropológica o superposición de imágenes.

El antropólogo César Chino contó que hace unas semanas entró a la Morgue el cuerpo de un hombre con la cara desfigurada y los dedos mutilados, por lo que fue imposible identificarlo a través de las huellas dactilares. En ese caso, se usó la superposición de imágenes. “Lo primero que se hizo fue reconstruir el rostro, luego escanear el cráneo. En la computadora se fue formando el rostro completo de la víctima y con fotografías de la posible víctima se dio con su identidad”.

Se trataba del taxista Gilberto Pepe Flores Huertas. Sus asesinos le mutilaron los 10 dedos, lo golpearon y desfiguraron su rostro para que no pueda ser identificado. Él fue hallado el pasado 9 de junio en un descampado en Zapallal, Puente Piedra. La prueba genética (ADN) es el último eslabón de la cadena. Se realiza cuando el resto de los pasos anteriores no arrojaron resultados satisfactorios.

Se trataba del taxista Gilberto Pepe Flores Huertas. Sus asesinos le mutilaron los 10 dedos, lo golpearon y desfiguraron su rostro para que no pueda ser identificado. Él fue hallado el pasado 9 de junio en un descampado en Zapallal, Puente Piedra. La prueba genética (ADN) es el último eslabón de la cadena. Se realiza cuando el resto de los pasos anteriores no arrojaron resultados satisfactorios.

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