El 10 de marzo de 1996, una hija de la asesina del pequeño Gabriel (Ana Julia Quezada), llamada Ridelca, murió al caer desde una ventana de su propia casa en España.
El padre adoptivo de la niña llamó al 091 para informar el trágico hecho. Sin embargo, Ana Julia Quezada no rindió su manifestación por sufrir "una fuerte excitación nerviosa".
Además manifestó a la Policía Nacional que bajó rápidamente al primer piso, desde el que se accede al patio, y como no tenía la llave rompió la puerta delante de los efectivos de la Cruz Roja a los que había llamado para tratar de reanimar a la pequeña.
La expareja reveló entonces que tres semanas antes de morir la niña Ana Julia la encontró "desvanecida" cuando fue a despertarla para ir al colegio y fue trasladada de urgencias al hospital, donde, tras ser examinada, no encontraron "nada anormal".
En estos momentos, la Policía Nacional está realizando gestiones con el Juzgado de Instrucción número 6 de Burgos-España, el encargado de investigar el caso, para decidir si es reabierto.
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