Puente Piedra: bronca y caos se registró durante protesta en contra del peaje (FOTOS)
Puente Piedra: bronca y caos se registró durante protesta en contra del peaje (FOTOS)

Se anunció como una marcha pacífica en la que las fuerzas del orden no tendrían mayor participación; sin embargo, la segunda manifestación en contra del  ubicado en la Panamericana Norte, a la altura del río Chillón, en , se convirtió en una guerra sin cuartel.

Ayer, desde las 5.00 de la mañana, miles de manifestantes, entre vecinos de la zona norte de Lima y transportistas, bloquearon los carriles de la citada arteria para demandar que el cobro del peaje en la zona se cancele para siempre y no solo por 30 días, como anunció la noche del miércoles la Municipalidad de Lima.

Los ciudadanos mostraron su indignación con pancartas y cánticos con mensajes contra las garitas. No obstante, la protesta se tornó violenta en un instante, cuando un grupo de desadaptados lanzó una bomba molotov a un grupo de policías, quienes tuvieron que lanzar bombas lacrimógenas para cuidar su integridad.

EXPLOTA LA VIOLENCIA 

Acto seguido, el tramo de la Panamericana Norte, comprendido entre el peaje de Chillón y el óvalo de Puente Piedra, se convirtió en un campo de batalla donde centenares de vándalos lanzaron piedras, bombardas, avellanas (pirotécnicos de largo alcance) y cualquier objeto contundente contra los agentes del orden, quienes tuvieron que recurrir a sus escuadrones de asalto para repeler las agresiones. En paralelo, un gran contingente del Escuadrón Terna estuvo desplegado para detectar y reducir a los revoltosos.

Así, a la altura del puente peatonal El Establo, en el kilómetro 27 de la Panamericana Norte, donde se produjo el grueso de los enfrentamientos, y entre copiosas lluvias de piedras y una enorme bruma formada por los gases lacrimógenos, fueron detenidas más de 60 personas de todas las edades, quienes podrían ser procesadas bajo la figura de flagrancia. Muchas de ellas tenían bombas molotov y pirotécnicos. Se presume que una persona portaba un arma de fuego.

VÍCTIMAS Y AGRESORES

“La Policía Nacional hizo un trabajo muy delicado, porque tenía que detener a estos individuos y a la vez evitar perjudicar a la población. Creo que hizo un trabajo muy profesional. Se han hecho detenciones y si alguno fuera un menor será liberado”, explicó el ministro del Interior, Carlos Basombrío.

Si bien la Policía logró controlar la situación alrededor de la 1.00 de la tarde, los disturbios se reanudaron cuatro horas después. Dos policías (los suboficiales José Francis Quiroz Araujo y Joel Palomino Romero) y tres ciudadanos (entre ellos una niña de 10 años) resultaron heridos por piedras y pirotécnicos. Durante la gresca. Una madre perdió a su pequeña cuando corría para escapar de los gases lacrimógenos.

La unidad móvil de un medio de comunicación también soportó la furia de los revoltosos. Carlos Basombrío ratificó que la violencia fue desatada por un grupo de infiltrados en la marcha. “La Policía actúa de forma profesional y cumpliendo los protocolos. Se permitió que la marcha se realice. Los hemos acompañado, pero infiltrados y provocadores han degenerado esta movilización”, dijo desde el Congreso.

LIBRES

Basombrío, además, mostró su preocupación por el hecho de que la Policía detuvo a 28 personas en la marcha del jueves pasado, pero fueron liberadas por el Poder Judicial, pese a que participaron en el incendio de las garitas de pago. “Nos parece que eso no ayuda a fortalecer una sociedad en la que la ley se respeta”, opinó.

No obstante, el abogado Edmundo Inga Garay, quien representa a varios de los ciudadanos que participaron en la protesta, señaló que se debe probar si los detenidos cometieron destrucción durante ese día. Además, justificó la medida de fuerza de los vecinos de Lima Norte y cuestionó las palabras del ministro Carlos Basombrío.

“La gente marcha porque no tiene dinero para pagar cerca de 300 soles mensuales de la canasta familiar. La Fiscalía no ha presentado ninguna prueba de que haya personas infiltradas de terrorismo en la manifestación”, declaró en medio del fulgor de la protesta.

Tras el letrado, docenas de pobladores y transportistas pedían una solución definitiva al tema de los peajes, pues denunciaban que gran parte de sus ingresos se perderían con este pago.

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