Agotados sus esfuerzos para evitar su expulsión a Perú, Alejandro Sánchez Sánchez -el amigo, paisano y financista del golpista Pedro Castillo- llegó ayer a Perú deportado de Estados Unidos. Lo hizo enmarrocado, con mascarilla, chaleco de detenido y junto a otros 150 deportados.
El avión, con el dueño de la casa de Sarratea, Breña, donde Castillo sostenía reuniones secretas cuando era presidente, arribó al Grupo Aéreo N° 8 a las 2:10 de la tarde, tras una escala técnica en Honduras.
Sánchez Sánchez, sobre quien pesa una orden de prisión preventiva de 30 meses, fue llevado a Medicina Legal y luego pasó a disposición de la justicia. El también empresario es investigado por los delitos de organización criminal, colusión agravada y tráfico de influencias, por integrar la red criminal denominada “Asesores en la sombra”, de Castillo.
Alejandro Sánchez fue detenido en setiembre de 2023 cuando intentaba cruzar de manera ilegal la frontera de México hacia Estados Unidos.
Debía ser deportado al Perú en abril, pero todo quedó en suspenso a raíz de una medida cautelar presentada en contra de su expulsión. No obstante, el recurso finalmente fue rechazado y se ordenó su deportación.
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¿Colaborador eficaz?
La fiscal Marita Barreto afirmó que Sánchez Sánchez aún puede acogerse a ciertos beneficios como ser colaborador eficaz, a la conclusión anticipada, o la confesión sincera, pero advirtió que haber salido del país de manera ilegal perjudica su situación.
El inmueble del jirón Sarratea (Breña) fue incautado en enero último por orden judicial.