Viudo construye jardín junto a nicho de su esposa pero Beneficencia lo quiere demoler (VIDEO)

“Hay vida donde hay vida”, dice José Antonio Espinoza Gálvez. Este hombre, tras el deceso de su esposa María Luisa Manchego León, decidió construir una réplica del jardín de su casa frente al nicho de su pareja, fallecida en agosto de 2012. Cinco años después, la  de  le pidió el retiro voluntario del mismo o, de lo contrario, este será demolido y retirado por el personal del Cementerio General de Saraja.

Antecedentes

El 7 de octubre de 2014, el atribulado viudo decidió adquirir el lote N° 61, de tres metros cuadrados, ubicado entre los pabellones San Salomón y San Alejandro del camposanto, por el que pagó 6023 soles.

Comenta que el fin del lote adquirido era para construir un jardín, ya que su esposa era amante de las flores; y que al momento de la compra, le hizo saber esto a los entonces funcionarios de dicha sociedad, entre los que figuraba la gerente Elvira Gavilano Hernández.

José Antonio afirma que el mismo día de octubre, estos le dieron la autorización de usar el terreno como desee y, por ello, pagó los derechos de construcción de una reja y sardinel, entre otros, en la tumba por un valor de 325 soles. Luego, José Antonio sembró en el reducido espacio el jardín con geranios, hortensias, mirlos, jazmines y una pileta pequeña de donde emergía el agua para regar las plantas.

(FOTO) Pagó por un lote a la anterior gestión para instalar macetas y sembrar las flores y plantas que tanto le gustaban a ella

Problemas

Tres años después, en 2017, empezaron los problemas luego de que la Beneficencia le prohibiera el ingreso al cementerio y que lleve agua de forma interdiaria al jardín.

“La oposición fue porque Salud había advertido la presencia de mosquitos en los recipientes con agua. En el caso mío, las macetas solo tienen arena húmeda y no existe ningún empozamiento de agua”, afirma José.

El 16 mayo de 2017, a través de la carta N° 09, la Beneficencia “autoriza (a José Antonio) el ingreso para regar (el) jardín en tumba de su propiedad”. Con la licencia obtenida, siguió regando el pequeño jardín que tiene más de 30 macetas elaboradas a base de galoneras, que cuelgan de la parte superior y otorgan verdor al predio.

El hombre creía haber resuelto el problema hasta que el 26 de febrero de este año recibió un documento firmado por el gerente de la Beneficencia, Edilberto Castro Robles, donde se le pedía “el retiro de plantas y otros” del lote para la tumba.

(FOTO) 75 macetas tiene el jardín, donde están cultivados diferentes tipos de flores

El documento dice que luego de la inspección realizada junto a la Dirección Ejecutiva de Salud Ambiental, se observa que en dicho lote se almacena agua y que el citado espacio es para la “construcción de tumbas para la sepultura de restos mortales”. Asimismo, el documento afirma que, por razones de salud pública, constituye un peligro el cultivo de plantas y el almacenamiento de agua, que genera la proliferación de zancudos y otros. Le otorgaron un plazo de 72 horas para que retire el jardín.

El 14 de marzo último le reiteraron la carta donde le advierten que el plazo ha vencido y que la Unidad de Cementerio y Servicios Funerarios se hará cargo del retiro de los bienes y enseres.


(FOTO) El septuagenario acude los martes, jueves y sábados llevando agua para regar el jardín

Preocupación

“Si me hubieran dicho que no podía construir el jardín, no habría comprado el lote”, nos comenta José Antonio, quien se lamenta y afirma que lo han estafado.

La última advertencia obligó al solitario septuagenario a recurrir a la Defensoría del Pueblo y a la Dirección Regional de Salud Ica para que se paralice el retiro del jardín.

En respuesta a las cartas de la Beneficencia, el viudo ha señalado que las plantas no constituyen un peligro alguno y menos originan la proliferación de zancudos, y que, “por el contrario, embellecen el lugar, dan oxígeno y permiten el desarrollo de otros seres vivos como mariposas”.

Además, dijo que la pileta ubicada al centro del jardín, que podría ser un foco para la proliferación de zancudos, fue anulada por él mismo en febrero de este año, antes de que llegaran las cartas.

(FOTO) La nueva gestión de la Beneficencia de Ica desconoce los pagos que realizó José Antonio Espinoza Gálvez a la anterior gestión y pide que el jardín sea demolido

Defensa

El director de Gestión Financiera de la Beneficencia, Orlando de la Cruz Chacaliaza, respondió que el pasado 6 de marzo la Dirección General de Salud Ambiental e Inocuidad realizó un acta de vigilancia sanitaria, donde recomienda erradicar la pileta para evitar daños sanitarios. Además, añade que en el jardín no se observan charcos en las macetas que contienen plantas ornamentales y que la pileta está anulada.

De la Cruz, junto al gerente Edilberto Castro, sostienen que los exfuncionarios omitieron señalar al comprador las prohibiciones que existían y que el único fin para estos terrenos es la construcción de nichos o mausoleos.

“Que anteriormente algún funcionario o exfuncionario haya otorgado ciertos permisos al margen de las normas internas que no regulan y las normas legales que regulan la administración de cementerios, no es razón para que se siga permitiendo la continuidad de hechos que se encuentran al margen de lo correcto”, dijo De la Cruz. Explicó que entre las prohibiciones está que “la autorización para la siembra o el retiro de árboles, arbustos, plantas y cualquier construcción dentro del cementerio es potestad exclusiva de la Beneficencia”.

Además, el artículo 29 del reglamento interno de la Beneficencia dice que “sobre los terrenos asignados solo podrán levantar monumentos funerarios de acuerdo a la clasificación de terreno concedido, previa autorización”.

El septuagenario pagó todos los derechos como para construir un mausoleo. “Al darme el permiso para la construcción del jardín, no violaba ninguna disposición o norma”, reitera José Antonio Espinoza Gálvez, quien acude al cementerio cada dos días con el temor de encontrar que su jardín haya sido retirado.

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