El boldo se emplea desde la antigüedad como remedio natural frente a diversas enfermedades gastrointestinales. En cuanto a su composición química, contiene principalmente alcaloides de tipo isoquinolénico derivados de la apormorfina, como la boldina. Se ha detectado la presencia de aceites esenciales, derivados flavónicos y sus correspondientes glucósidos.
Tradicionalmente se ha utilizado en afecciones gástricas y como estimulante del apetito, y en el dolor de oídos, dolores reumáticos, neuralgias, dolores de muelas, etc. Las investigaciones farmacológicas indican que su principio activo principal es la boldina.
El boldo se usa para complementar casos de estreñimiento, indigestión e insuficiencia renal.
Está contraindicado en gestantes, lactancia, niños menores de dos años y en pacientes en deshabituación etílica (alcoholismo).
Una receta casera es licuar papaya con agua de boldo y como endulzante un sobre de MAGNESOL limón que contiene estevia y una cucharadita de pepitas de papaya que ayudan a eliminar parásitos y a calmar la gastritis. En los baños de hidroterapia y saunas lo conocen como el superjugo.
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