-El ajo es un potente purificador y germicida. Celso, el famoso médico romano, lo utilizaba contra la desnutrición y en el tratamiento de las fiebres intermitentes, justo antes de la subida de la fiebre. Pero este alimento, además, posee muchos más beneficios:
-Limpia los intestinos, depura la sangre y renueva todo el sistema interno. Se puede usar de manera interna y externa, ya que es totalmente inofensivo.
-Para las alteraciones de la sangre es uno de los mejores remedios, su efecto es casi específico en casos de envenenamiento de la sangre.
-Se puede ingerir un diente de ajo en ayunas, otro al mediodía y uno más por la noche. El ajo expulsa las lombrices solitarias y evita el tifus.
-Es recomendado para evitar la presión arterial alta, el reumatismo crónico, los males estomacales, las enfermedades de los nervios, el agotamiento, pérdida de vitalidad, etc.
-El ajo calma las diarreas y para el cólico intestinal es muy eficaz. En este último caso se empleará picado y hervido, con algo de hinojo.
-Contra los gases intestinales, use ajo crudo con sal.
-El ajo estimula también el apetito, ayuda a la digestión y evita la excesiva acidez estomacal.
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