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El efecto que tiene el estrés en nuestro organismo es bastante amplio y es que los efectos que puede generar llegan, incluso, a tener repercusión en nuestra vida sexual.

Aquí te dejamos algunos detalles que deberías conocer sobre el efecto de este estado de ánimo sobre nuestra salud sexual y cómo deberíamos evitarlo para no comprometer este aspecto en tu vida.

Pérdida de la líbido

Este es un primer punto pues el estrés puede generar desgaste emocional, poca fuerza tanto física como mental y por ende, poco interés en desarrollar o hacer "cosas" que antes nos sentíamos apasionados de hacer.

Disfunción sexual

El estrés puede comprometer el desarrollo de la vida sexual al punto de provocar eyaculación precoz, disfunción eréctil o incluso anorgasmia. Esto debido a que, en el caso de los hombres, aumenta el cortisol y la prolactina, generando una disminución de testosterona y exceso de adrenalina que se traduce en arterias comprimidas y poca irrigación sanguínea en el pene.

Ciclo menstrual irregular

El estrés puede complicar temas relacionados a la tiroides, los ovarios y las glándulas suprarrenales lo que termina generando un ciclo menstrual irregular.

Esto genera una molestia y preocupación en la mujer pues genera incluso pérdida momentánea del ciclo menstrual y si estás intentando quedar embarazada, el nivel de estrés aumenta aún más complicando esta etapa.

Dolor en el coito

Mucho estrés significa un flujo inadecuado de sangre y por ende, poca lubricación. Al no generar suficiente lubricación, el estrés aumenta pues al momento del coito se genera una penetación incómoda e incluso dolorosa.

¿Cómo puedo evitarlo? Primero y lo más importante, es que debemos acudir a un médico, ya sea un sexólogo o un psicólogo que nos ofrezcan el correcto tratamiento.

Otro tema es aprender a conocer las herramientas que puedan ayudarnos a afrontar el estrés causado por la situación actual y aceptar que tiene un efecto negativo en nuestra vida.

El deporte, técnicas de relajación o mejor alimentación son factores a tomar en cuenta.

Y último, pero no menos importante, el desarrollo de la confianza y la exploración sexual con la pareja para reavivar el deseo sexual entre ambos. Incluso el simple hecho de besar a nuestra pareja puede ayudarnos a reducir nuestros niveles de estrés. 

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