Golpe en la cabeza en deportes de contacto puede provocar daño neurológico
Golpe en la cabeza en deportes de contacto puede provocar daño neurológico

Los golpes frecuentes en la práctica de algunos deportes de contacto como las artes marciales, boxeo, taekwondo e incluso el mismo fútbol podrían provocar un daño neurológico.

El doctor Daniel Koc, neurólogo pediatra del Instituto de Salud del Niño San Borja-INSN SB señaló que los niños son muy vulnerables a sufrir estas lesiones debido a que su musculatura y cráneo son mucho más frágiles, y en algunos casos puede afectar su aprendizaje.

“Hay casos en que les cuesta retomar su práctica de aprendizaje habitual, se olvidan las cosas y tiene que hacerlo progresivamente”, comentó el especialista.

Refirió que un golpe en la cabeza genera una serie de efectos tanto mecánicos como bioquímicos que afectan a nivel neuronal e incluso pueden ser acumulativos, y si se repiten continuamente llevar a un deterioro progresivo hasta un estado de demencia.

El golpe directo no es lo único que puede provocar lesión, una sacudida violenta puede derivar en una hemorragia intracraneal, por lo que frente a un episodio agudo es mejor retirarlo del campo y que guarde reposo hasta que el cerebro pueda recuperarse progresivamente a través de sus mecanismos naturales.

Aunque una conmoción puede no manifestarse en síntomas físicos como inflamación o sangrado, el individuo puede presentar confusión, visión borrosa, pérdida de memoria, náusea y pérdida de conciencia.

El galeno señaló que lo más recomendó es vigilar su estado de salud durante las primeras 24 horas o, mejor aún, las siguientes 72 horas, y ante cualquier síntoma o comportamiento fuera de lo normal realizarle una evaluación médica.

Agregó que en las tomografías y resonancias muchas veces no se muestra evidencia estructural del daño ya que el problema es básicamente funcional, por lo que generalmente se recomienda reposo y observar su evolución.

También sugirió evitar exponer a los niños a repetidos exámenes de tomografía, a menos que haya un signo neurológico que lo justifique como cefalea (dolor de cabeza) muy intensa o persistente, mareos constantes, anomalía a nivel pupilar (vista), problemas en la coordinación, pérdida de la memoria, vómitos o signos que sugieran una hemorragia. 

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