Indudablemente la pandemia por ha causado agotamiento en todos. Esto es especialmente cierto para los profesores, quienes han tenido que adaptar sus clases y métodos de enseñanza al entorno virtual para continuar trabajando.

La presión social de los padres, del colegio e incluso de los mismos estudiantes afectan notoriamente su salud mental, lo que repercute también al momento de dictar una clase. De acuerdo a Carol Leyla, psicóloga de Ediciones COREFO, el acumulado se transmitirá claramente en su calidad de enseñanza, en el tono de voz y en la postura de sus brazos. Por ello, brinda los siguientes consejos para mantener sano el equilibrio emocional y psicológico.

1. Sea flexible: Estamos en un contexto de incertidumbre. Los procesos de avance y aprendizaje de niños y niñas están cambiando y pueden surgir problemas. Lo importante es evitar que la frustración y los sentimientos de inseguridad lo abrumen.

2. Cuide su salud física: Cada día, tómese el tiempo de asearse y arreglarse; dormir las horas necesarias y hacer ejercicio al menos 30 minutos. Puede lograrlo sin salir de casa como bailar, subir y bajar escaleras o practicar yoga. 

3. Desconéctese: Es importante preparar las clases y responder las dudas que sus alumnos envían por e-mail o Whatsapp. Sin embargo, también es necesario darse un tiempo de relajación para realizar algún hobbie o actividad de ocio. 

4. Busque ayuda: Ningún profesor puede solucionar todo por lo que están pasando sus estudiantes. La pandemia ha afectado por igual a niños y adultos. Ante una dificultad con un estudiante, acérquese a los padres de familia y trabajen en equipo para resolver cualquier inconveniente.

5. Escuche a sus estudiantes: La educación a distancia es un reto y puede repercutir en las calificaciones de los alumnos. Este descenso en el rendimiento puede causar preocupación en un docente. Por esto, es importante que haya una comunicación clara entre alumnos y profesores para solucionar juntos los problemas que surjan en las aulas virtuales.