Músicos tocaron melancólicos huaynos. Fotos Anthony Niño de Guzmán / @photo.gec
Músicos tocaron melancólicos huaynos. Fotos Anthony Niño de Guzmán / @photo.gec

Cientos de familias visitaron ayer, en el , los cementerios de la capital para recordar, con música, bailes, comida y flores, a sus parientes fallecidos.

Decenas de personas formaron largas colas antes de las 8:00 a.m. para ingresar al camposanto Virgen de Lourdes o de “Nueva Esperanza”, el más grande de Sudamérica, ubicado en Villa María del Triunfo. Las personas con problemas de movilidad fueron trasladadas en cústers y minivans gestionadas por la municipalidad.

Las familias llevaron en ollas las comidas favoritas de sus parientes fallecidos y alcohol en latas para pasar un agradable momento. Músicos ambulantes tocaron melancólicos huaynos en los sepulcros mientras algunos familiares se animaron a bailar.

“Vengo a visitar a mi hijo, que hoy tendría 34 años. Falleció un mes después de nacer por una obstrucción intestinal. Jamás lo voy a olvidar, es parte de mí”, mencionó una señora muy conmovida con un ramo de flores en manos.

NEGOCIO. A su vez, en el tradicional cementerio en El Agustino, reinó un ambiente de fiesta y gastronomía, pues los comerciantes ofrecieron caldo de cabeza, caldo de mote; mazamorra de caya, pan con chicharrón, puchero; panes de trigo y wawas de Huamanga, Ayacucho.

DATO:

Algunos cementerios prohibieron el ingreso de flores naturales, otros pusieron a disposición arena para los floreros.