Un padre y su hijo de 10 años tuvieron que esperar 326 días para volver a reencontrarse y y abrazarse, luego que huyeran de Guatemala a Estados Unidos por culpa de las pandillas.
Se trata de Ervin Albizures, quien asegura haber pedido asilo en mayo pasado, pero después de nueve días de encierro le hicieron firmar documentos en inglés, idioma que desconocía.
Al firmar, aceptaba ser deportado y permitía que su niño quedara en un centro de menores. Sin embargo, luego de once meses logró reencontrarse con su pequeño.
Esta triste historia fue conocida el año pasado en el mes de agosto. Además, gracias a la ayuda de organización proinmigrante, Ervin fue localizado y pudo comunicarse con su familia.
Ahora su caso de pedido de asilo es llevado por la misma fundación.
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