Ángela Uyen- Ojo
Ángela Uyen- Ojo

Desde que la doctora Ángela Uyen Cateriano, quien es asesora en políticas de salud de la organización mundial Médicos Sin Fronteras (MSF), decidió estudiar medicina enfrentó barreras de género, que han estado presente a lo largo de su desempeño profesional.

Al principio de su camino, no faltaron las voces de familiares que cuestionaron su deseo de convertirse en una médico basados en la errónea idea de que “era una carrera para hombres”. Sin embargo, su vocación fue mucho más fuerte, por lo que en 1999 ingresó a la Universidad Católica de Santa María, en su tierra natal, Arequipa.

Una vez dentro de la vida universitaria, volvió a toparse con el machismo peruano reflejado en esos comentarios de sus profesores sobre la especialidad que debía escoger de acuerdo a su género. También, de forma más grave, cuando fue víctima de acoso sexual mientras realizaba el Servicio Rural y Urbano Marginal de Salud (SERUMS).

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“El acoso sexual es el día a día sobre todo cuando una es interna. A mí me pasó y creo que lo primero es no tener miedo y denunciar”, aconseja.

Su pasión: la salud comunitaria

Todos esos episodios solo impulsaron a Ángela a seguir creciendo. Es así que optó por abrirse un espacio en salud comunitaria y, a la vez, trabajar como médico itinerante en grupos de Actuación Integral de Salud a Poblaciones Excluidas y Vulnerables, que reunía a varios profesionales de la salud.

Con mochila al hombro y, algunas veces, machete en mano, llegó a los pueblos más olvidados de la sierra y selva del país, aquellos que para la época eran afectados por el narcoterrorismo.

Por sugerencia de una turista francesa, a quien conoció mientras laboraba en Cusco, postuló a la organización internacional MSF. La posibilidad de ingresar, en ese entonces, la veía lejana, pero en en solo dos semanas fue reclutada.

“Yo creo que lo que debemos tener en cuenta es que nada es demasiado grande”, comenta tras revelar que en varias oportunidades dudó en atreverse a postular, pero comprendió que uno debe arriesgar y confiar en sus capacidades.

Ángela Uyen lleva más de 10 años en la organización internacional Médicos Sin Fronteras.
Ángela Uyen lleva más de 10 años en la organización internacional Médicos Sin Fronteras.

Brechas de género en el mundo

La primera misión de la doctora arequipeña, quien vive en Bélgica y tiene un hijo, significó su despertar al mundo humanitario. Fue en Haití, país afectado primero por un terremoto, luego por una epidemia del cólera y crisis humanitaria.

Desde entonces, ha realizado visitas de apoyo humanitario a países como Afganistán, Siria, Mozambique, Nepal, Guinea, donde mientras laboraba también fue testigo del machismo en las diferentes culturas, la falta de acceso a los servicios de salud por parte de las mujeres y la violencia sexual usada como arma de guerra.

“He trabajado en lugares donde, por ejemplo, una mujer no puede ir al médico sin el marido, y el marido te dice hasta dónde la tocas y hasta dónde no”, cuenta.

“Debemos tener en cuenta que muchos de los lugares atraviesan crisis humanitarias ya sea porque hay un conflicto armado, una epidemia o un desastre natural. Y es justamente en medio de estas crisis donde esas brechas se ven mucho más marcadas”, agrega.

La doctora arequipeña ha tenido misiones en distintas partes del mundo que atraviesan crisis humanitaria.
La doctora arequipeña ha tenido misiones en distintas partes del mundo que atraviesan crisis humanitaria.

Hace unos días viajó a la frontera de , donde Rusia inició una guerra y como consecuencia no hay acceso a los servicios de salud. “Además del peligro en que se encuentra la vida de estas personas por el conflicto, su condición de salud está empeorando”, advierte.

Como parte de su trabajo, Ángela ya viene implementando proyectos para atender a quienes están migrando de ese país y prepara acciones destinadas a los que permanecen en la zona. Mientras lo hace, vive también una etapa que le agrega complejidad a su día a día, pero no le impide seguir cumpliendo metas, la maternidad.

Su mensaje para las niñas y mujeres, en el Día Internacional de la Mujer que hoy se conmemora, es que no dejen que nadie les diga que no sirven para algo. “Tenemos que seguir todas unidas en la lucha por los espacios que nos quedan por ganar”, acota.

OJO AL DATO:

Para Ángela, su abuela, natural de una provincia pequeña de Arequipa, es su principal inspiración. “Ella, muy chiquita, se fue a Arequipa para estudiar en el pegagógico para ser maestra. Fue la primera profesional de la familia”, contó.

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