Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.

El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.

Hoy te cuento la historia de Danitza, de 31 años, que vive en Independencia:

No sé qué hacer, doctora. Me gusta demasiado el entrenador del gimnasio donde acudo hace tres meses. Su presencia me vuelve loca, me trastorna y todas las noches sueño con él. ¿Puede creerlo?

Me encantan sus músculos, sus bíceps, sus piernazas y deliro cuando lo veo en sus sensuales mallas, mostrando su cuerpo bien marcado y no puedo concentrarme en nada.

Yo sé que a muchos hombres y mujeres les pasa lo mismo, sin embargo, el problema es que soy casada y cada vez más le pierdo interés a mi esposo por pensar en Fabián, como se llama el profesor.

Si voy al gym, es tan solo por verlo. Hasta madrugo para estar allí y contemplarlo, ensimismada, pensando en que me haga suya. Lo imagino conmigo en la intimidad, aplastándome con su pecho de acero y ahogándome en sus brazos.

No sé qué hacer, doctora. Las noches me la dedico a soñar con él y despierto completamente extasiada. Mi esposo se está dando cuenta de mis deseos por ir al gym y ya no tengo excusas para salir de casa para estar cerca a ese monumento de hombre. Por eso es que le pido que me brinde un buen consejo, doctora. Esta situación me desespera, pero de la misma forma me encanta ver a Fabián.

Tengo miedo de perder mi matrimonio por una calentura, pero realmente no sé qué hacer con toda la pasión que me genera este caballero.

CONSEJO

Querida Danitza, debes cortar por lo sano y dejar esas clases de gimnasio, porque te estás obsesionando demasiado con tu entrenador y esa historia podría terminar muy mal. Como tú misma reconoces, lo que sientes es más pasional que algo sentimental, Hay otros locales donde puedes hacer tus ejercicios cotidianos. Aléjate de la tentación.

ESCRÍBEME TU CASO A