Una propuesta para permitir que los presos de Massachusetts donen órganos y médula ósea para reducir sus sentencias plantea profundas dudas éticas y legales sobre la presión indebida que esta idea pueda poner sobre reos desesperados por la libertad.

El proyecto de ley, que se debate en la Cámara de Representantes del estado, podría entrar en conflicto con la ley federal, la cual prohíbe la compra o venta de órganos humanos o intercambiarlos por una “contraprestación valiosa”.

También plantea interrogantes sobre cómo las prisiones podrían cuidar adecuadamente la salud de los reclusos que pasan por el quirófano para donar órganos. Los críticos califican la idea de coercitiva y deshumanizante, a pesar de que una de las promotoras del proyecto plantea la medida como una respuesta al encarcelamiento excesivo de personas de ascendencia hispana y negra, y la necesidad de igualar los donantes en esas comunidades.

Califican de perversa a la iniciativa

que aboga por una reforma al sistema de justicia penal. “Promover la donación de órganos es bueno. Reducir las penas de prisión excesivas también es bueno. Juntar ambas es perverso”.

El proyecto de ley crearía un Programa de Donación de Médula Ósea y Órganos dentro del Departamento de Correccionales del estado para permitir que las personas encarceladas reciban una reducción en su sentencia de entre 60 días y un año, con la condición de que hayan donado médula ósea u órganos.