¿Cómo es la vida de un hombre divorciado?

Un divorcio no es nada agradable y al pasar por una experiencia así sólo aparecen pensamientos reflexivos, pues sacamos a relucir nuestra parte más sensible. Esto no ocurre sólo con las mujeres, sino también con los hombres, quienes pasan por una etapa oscura al enfrentar una separación de este tipo.

El problema es que de a pocos se transforma en un círculo de obstáculos, pues a veces no se mantiene una buena relación de padres con la otra persona, quien sí puede pasar la página con normalidad o también revelar su dolor por la ruptura sentimental. Después de un divorcio, tanto los hombres como las mujeres experimentan un sentimiento de culpabilidad y tienen tendencia a perder un poco su estima.

Cuando no es amistoso, el divorcio se vive como un fracaso personal. En el caso de las parejas con hijos, la mayoría de las veces, el Juez de Familia otorga el cuidado de los niños de corta edad a la madre. El padre tendrá la potestad de visitarlos o pasar un fin de semanas con ellos, sólo si los padres llegan a un acuerdo unánime.

Algunos se desmoronan y ya no reaccionan, otros se sienten ofendidos hasta el punto de intentarlo todo para oponerse a una situación que califican de injusta. El juez puede, sin embargo, confiar el cuidado al padre si el niño tiene ya unos diez años y prefiere vivir con él.

¿Qué ocurre después? Como la relación de pareja ya no existe, el divorcio puede afectar a una de las partes, pues es el esposo quien tiene que abonar una pensión de alimentos en principio bajo forma de un capital o renta mensual. Si es un divorcio por falta por petición de la esposa, el marido puede ser condenado a pagar los daños y perjuicios a su cónyuge.

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