A grandes rasgos, el asma es una enfermedad que ocasiona inflamación y estrechamiento de las vías respiratorias. Esto hace que se presenten sibilancias, dificultad respiratoria, opresión en el pecho y tos. Durante un ataque de asma, los músculos que rodean las vías aéreas se vuelven rígidos y el revestimiento de los conductos aéreos se hincha. En consecuencia, puede pasar menos aire.
El asma es muy común en los niños. Es más, este suele dar señales de alerta al presentar mucho cansancio, dolor de pecho, dificultad para respirar o hacer ruidos extraños al respirar, jadeo y respiración más rápida de lo normal.
En muchos casos, el mal está relacionado con alergias. Algunos factores que pueden contribuir al desarrollo de la enfermedad son:
Animales (pelo o caspa)
Polvo, moho y polen
Ácido acetilsalicílico (aspirina) y otros medicamentos
Cambios en el clima (con mayor frecuencia clima frío)
Clima húmedo
Químicos en el aire o en los alimentos
Humo del tabaco
Ejercicio
Emociones fuertes
Infecciones virales, como el resfriado común o la gripe