Cuidado con esos antojitos
Cuidado con esos antojitos

Por Yácomo Casas, el nutricionista de las estrellas

Siempre, en tu balanza, vas a pesar más antes de acostarte que al despertar, debido a que durante la noche respiras, transpiras y evaporas agua. Pero, si un día la diferencia de peso es exagerada (es decir, mucho mayor a la usual), es porque tus antojos te jugaron una mala pasada. Afortunadamente, aquí te ayudamos a elegir el gustito que le hará mejor a tu figura.

La mañana. O mejor dicho, media mañana. Estás en el trabajo y te enfrentas a las ocupaciones habituales del día a día. Quizás preferirías que las cosas fueran como cuando eras chica. Así empiezan los problemas. Se dice que, al comer, el ser humano se siente protegido porque incoscientemente se acerca al seno materno, donde todos nos sentíamos seguros y tranquilos. Pero, volvamos al trabajo. Ves pasar a la famosa 'Caperuza', la señora de los sánguches. Todos los panes -de jamón o pollo- tienen mayonesa. Además, hay postres. Todas esas calorías y grasas te miran, esperan ser devoradas sin compasión. Pero hay una luz al final, una alternativa mejor a las anteriores: el chocolate -o dulce con sabor a chocolate- y esa galleta de cincuenta centavos aparecen para salvar la mañana. Claro, el acompañamiento debe ser una gaseosa 'diet'.

El almuerzo. Después de ingerir los alimentos, quieres algo dulce, “para que no quede amarga la boca”. Lo mejor ahí es beber mucha agua o un refresco ácido y frío para atenuar el sabor de la comida y el dulce no nos haga falta. Pruébalo y verás. Si esto falla, acude otra vez a la gaseosa de dieta. Eso sí, tómala de la botella o con sorbete, nunca en un vaso.

La noche. El día no acaba y el mayor problema aparece cuando llegas a casa después de trabajar. Aquí te quiero ver. Tienes el refrigerador, la alacena y todo el resto de la cocina a tu disposición. También tienes un teléfono a la mano y todo el tiempo del mundo para esperar el 'delivery'. Tus alternativas son dos: sucumbir ante la opción 'fast-food' o usar lo que hay en casa para no pecar tanto. Si quieres pop corn, no uses mucha sal, sino te levantarás hinchada al día siguiente y con un humor que ni tú aguantarás. Otra posibilidad es la gelatina de dieta, preparada en la mañana o el día anterior. Es recomendable que esté bien concentrada para que no necesite refrigeración, cuaje bien y te tomes tu tiempo al comerla. 

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