Doña Peta: historia de una mujer luchadora que inspira a las peruanas

Actualizado el 08/03/2018, 10:00 a.m.

No hay mejor ejemplo de la lucha de las mujeres peruanas que el de Doña Peta, madre del famoso Paolo Guerrero, de quien tantas alegrías y felicidad hemos recibido. Y no es para menos que de una mujer como ella, con tal carácter y determinación, se desprendan millones de mujeres que han sabido ser ejemplo de lo que ser mujer significa en nuestro país.

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Conozcamos la historia de esta luchadora que ha sido la verdadera madre de la felicidad de muchos hinchas peruanos.

Chorrillana de nacimiento, Petronila Gonzáles Ganoza, nació en el seno de una familia que respiraba fútbol un 29 de mayo. Su hermano, el recordado, José González Ganoza, fue un destacado exponente del fútbol peruano. Resaltó desde su talento en sus pies, así como su lamentable fallecimiento en el accidente aéreo más conocido que enlutó al equipo Alianza Lima en 1986. Fue él mismo quien habría dado por herencia esa pasión por el balón al actual 'Depredador'.

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Dicho acontecimiento, expuso a la joven Doña Peta a uno de los dolores más grandes de su vida, después de dos divorcios que dejó bajo su cuidado a 4 pequeños. Decepcionada del amor de los hombres, ha sabido rescatar el amor de sus hijos quienes no han dejado, hasta el día de hoy, de brindarle más de una alegría. Y qué mejor que sentirse amada cuando se tiene a una veintena de nietos que la engríen de igual modo.

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Pero su historia ha ido aún mucho más lejos y ha supuesto de ser graficada como la escena que podemos ver a diario en diferentes partes de nuestro Perú. La joven madre realizó diversos sacrificios en su vida para brindarle siempre lo mejor a sus hijos, aunque esto haya implicado romperse las manos lavando ropa para poder darles calidad de vida.

A su manera de pensar sobre esta, y sobre el constante esfuerzo que representaba, Doña Petronila siempre consideró que el fútbol era una manera de mantener al margen a cuatro niños que transformó en hombres de gran ímpetu y ricos en valores. Claro ejemplo de ello fue el destacado Julio Rivera, conocido futbolista que firmó en algún momento para Universitario de Deportes y quien también fue ejemplo para su medio hermano menor: Paolo.

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Este último ha dejado notar el gran trabajo que su madre pudo realizar en él y que deja en claro con sus acciones sencillas y siempre humildes. Lo hemos visto siempre enfocado y sacrificándose y dando más de lo que debe. Así como ella lo hizo por él en algún momento.

De gran carácter para defender a los suyos, Doña Peta se ha vuelto el referente más exacto de lo que las mujeres peruanas han sido, son y seguirán siendo a lo largo de los años: grandes ejemplos de sacrificio, amor verdadero, entereza y, por sobre todo, actitud. Muchas gracias, Doña Peta, por darnos más de una alegría. Por demostrar que no existe ningún ‘pero’ que detenga.