Al estrés se le atribuyen incontables dolencias y malestares pero la infertilidad, hasta ahora era un mito. Siempre que una pareja buscaba embarazarse, pero no llegaba. Se le sugería: “relajate y seguro te embarazarás”. Pues la ciencia está comenzando a dar algunas respuestas de que esta puede ser una gran verdad.
El estudio “LIFE”, una investigación realizada con el apoyo del Instituto Nacional de Salud Infantil y Reproducción Humana de los Estados Unidos (publicado en la revista científica Human Reproduction), puso el foco en la causa de la infertilidad y no únicamente en la solución. A partir de ese enunciado, los investigadores buscan optimizar la posibilidad de concebir en forma natural.
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La investigación incluyó el seguimiento durante 12 meses de 501 parejas que buscaban concebir. A las mujeres que, una vez finalizado el estudio, no habían quedado embarazadas, se las agrupó en función de distintas variables como edad, raza, consumo de alcohol, cafeína y tabaco (entre otras).
La intención era evaluar potenciales relaciones entre cada variable y el resultado negativo de embarazo. Este fue el primer estudio en el mundo en demostrar una asociación del estrés con la fertilidad.