Es prácticamente imposible que alguna chica no haya escuchado esta idea alguna vez en su vida. Que cuando usa demasiado la bicicleta podría llegar a perder su virginidad. Al menos así lo consideran los integrantes de Ayatola Jamenei, de Irán, que han prohibido el uso de la bicicleta a las jóvenes por considerar que ese objeto las hace perder su pureza.
En el mundo de la sexualidad existen muchas creencias erróneas, y sin duda una de ellas es la que se forma en torno a la virginidad y el uso de la bicicleta. Pero en una sociedad conservadora como la de Irán este tema toma relevancia.
Ante estas creencias se debe ser enfática al decir que usar una bicicleta o realizar un ejercicio lo único que puede producir es perder algo de peso, y nada tiene que ver con la vida sexual de una persona.
La construcción del mito de la virginidad se basa en la presencia del himen como barrera física y simbólica que separa la dependencia paterna de la dependencia marital, de la pureza infantil a la sumisión adulta. Esta creencia está sostenida por la idea machista y dominante: guardar el tesoro tan preciado de la virginidad para el hombre elegido.
Para aquellos que piensan que el hímen es una barrera infranqueable, a menos que se tengan relaciones sexuales vale la pena señalarles que este tejido tiene múltiples orificios, es flexible y tiene perforaciones, antes de cualquier relación sexual.
Pensar que el andar en bicicleta u otro movimiento puede romperlo es un mito sexista y denigratorio. Ideas que sin duda pertenecen a un tiempo pasado y que actualmente están completamente desfasadas.
Usar bicicleta nada tiene que ver con la intimidad y mucho menos con perder la virginidad. Así que no hay ningún impedimento para que una joven pueda usar este juguete para trasladarse o hacer ejercicio, mito descartado.
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