Era la noche del domingo 5 de abril de 1992, cuando el entonces presidente de la República, Alberto Fujimori, apareció en los canales de televisión de señal abierta para dar un Mensaje a la Nación a las 10 de la noche. Con rostro inmutable, anunció el cierre del Congreso y la toma del control de todos los poderes del Estado.
A este evento que cambió el curso de la historia del Perú se le conoce como el “Autogolpe de 1992″ o el “Fujimorazo”. El presidente contó con el aval de las Fuerzas Armadas para quebrar el Estado de Derecho y a la vez intervenir el Poder Judicial, el Consejo Nacional de la Magistratura, el Tribunal de Garantías Constitucionales (hoy conocido como el Tribunal Constitucional), el Ministerio Público y la Contraloría General de la República. Además, persiguió y secuestró a miembros de la oposición.
¿Qué factores llevaron al Autogolpe de 1992?
Luego de las elecciones de 1990, Cambio 90, el partido oficialista no obtuvo la mayoría en el Congreso, que en esos años se dividía en la Cámara de Diputados y el Senado. Solo contaba con 32 diputados de 180 y 14 senadores de 62. La oposición, por su parte, estuvo conformada por el Fredemo, que lideró Mario Vargas Llosa en los comicios, el Partido Aprista Peruano, entre otros partidos políticos.
De acuerdo con la tesis del gobierno fujimorista, el Congreso tuvo una actitud “obstruccionista” y, por lo tanto, no le dejaba ejecutar los cambios estructurales que el Perú necesitaba, como la lucha contra el terrorismo, el narcotráfico y obtener facultades para tomar decisiones sobre la política económica del país. Además, en su discurso del 5 de abril de 1992, Alberto Fujimori acusó a la Ley N°25397, denominada Ley de Control Parlamentario, de maniatar al presidente y recortar atribuciones elementales para gobernar.
“A la inoperancia del Parlamento y la corrupción del Poder Judicial se suman la evidente actitud obstruccionista y conjura encubierta contra los esfuerzos del gobierno por parte de algunas cúpulas partidarias con el único interés de bloquear las medidas económicas que conduzcan al saneamiento de la situación de bancarrota que precisamente ellas dejaron”, dijo Alberto Fujimori en su mensaje a la nación.
El cierre del Congreso y la nueva Constitución
Entre la noche del domingo 5 y la madrugada del lunes 6 de abril de aquel año se vivieron momentos de tensión en las calles del Centro de Lima. Las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional del Perú tomaron los exteriores del Congreso de la República y el Palacio de Justicia, y sacaron los tanques de la División Blindada como medida de fuerza contra la oposición. También hubo detenciones a políticos opositores y el trabajo de la prensa fue bastante limitado. Incluso, algunos de los más importantes diarios nacionales circularon en su edición del lunes con páginas en blanco como medida de protesta contra las decisiones del régimen fujimorista.
Asimismo, Felipe Osterling y Roberto Ramírez, presidentes de la cámara de Senadores y de Diputados, respectivamente, fueron impedidos de salir de sus domicilios e ingresar al Parlamento a ejercer sus funciones. Los videos y las fotografías de la época fueron las pruebas para demostrar las consecuencias de lo que el mandatario llamó el Gobierno de Emergencia y Reconstrucción Nacional.
Con el cierre del Congreso y el rompimiento del Estado de Derecho, los países miembros de la Organización de los Estados Americanos (OEA) deploraron el autogolpe e instaron al presidente Alberto Fujimori a buscar una salida hacia el retorno a la democracia. Además, se aprobó una resolución como medida de presión en la cual se le exigía al gobierno peruano a dialogar con la oposición democrática.
Fruto de la exigencia de la comunidad internacional, el 17 de junio de 1992 el gobierno fujimorista convocó a un Congreso Constituyente Democrático (CCD) y el 22 de noviembre se realizaron las elecciones para elegir a los 80. Así, el oficialismo obtuvo 44 escaños y alcanzó la mayoría absoluta. El Congreso Constituyente fue presidido por Jaime Yoshiyama, mientras que la Comisión de Constitución fue conducida por los juristas Carlos Torres y Torres Lara, como presidente, y Enrique Chirinos Soto, como vicepresidente.
La nueva Carta Magna se sometió a referéndum el 31 de octubre y los resultados fueron a favor del “Sí” con una mínima ventaja. El régimen fujimorista obtuvo el triunfo, no tan contundente como lo había pensado, pero fue suficiente para imponer su voluntad sobre la oposición. Así, Alberto Fujimori promulgó la constitución política de 1993 el 30 de diciembre del mismo año, dando inicio a una nueva etapa política en nuestro país.