La semana que transcurre muestra la gravedad del problema. El lunes, un adolescente falleció tras recibir un balazo en La Victoria; el martes un hombre de 51 años fue acribillado de siete disparos y otro tuvo una muerte similar en San Juan de Lurigancho; y ayer miércoles se registraron los crímenes de un joven y una gestante, en el Callao y Puente Piedra, respectivamente.
Los homicidios en el país se incrementan y, en lo que va del año, ya han cobrado la vida de 908 personas, según el Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef). Dicha cifra supera el número alcanzado durante todo 2020, que fue 904. Las ciudades donde más han ocurrido estos violentos decesos son Lima (287), La Libertad (112) y Callao (66).
Según el presidente de la Asociación Pro Seguridad Ciudadana (Aprosec), César Ortiz, varios factores han provocado que se agrave esta problemática. Uno de ellos es el sicariato o muertes por encargo, que es perpetrados por jóvenes de entre 16 y 25 años, y se relaciona a la venganza y el narcotráfico.
No obstante, también los están contratando por temas de herencia familiar. “Hoy en día la vida tiene poco precio en la ciudad de Lima, matar a una persona te cuesta poca plata, y hay gente que no tiene escrúpulos”, refirió a OJO.
Un adolescente fue asesinado por barristas al intentar borrar pintas en SJM
A esto se suman las muertes por asaltos que vienen cometiendo bandas delictivas, las cuales están usando con más frecuencia armas de fuego y la violencia. “Ahora durante el día balean a la gente en cualquier distrito (...) Es parte del paisaje ver un hombre muerto, es terrible”, señaló.
También, dijo, la inestabilidad política, social y económica distrae a la ciudadanía, lo que la delincuencia aprovecha. “La Policía debe hacer más investigación policial y agentes ternas”, anotó.