Los primeros días de abril se supo de la creación de Illariy, la primera presentadora de noticias en quechua generada por Inteligencia Artificial (IA), en Perú. La noticia acaparó la atención de miles de personas por la hazaña realizada por profesionales de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) con una tecnología emergente que está revolucionando el mundo.
Diario OJO conversó con Carlos Fernández García, profesor del curso de Gestión de plataformas digitales y jefe de Imagen Institucional de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas (FLCH) cuyo equipo desarrolló a Illariy. El docente respondió las interrogantes que han surgido sobre las bondades y los peligros reales y ficticios del uso de la IA.
-¿Cómo puede definir a la inteligencia artificial?
Es darle a un robot cualidades humanas. Por ejemplo, la IA llamada chatGPT imita la manera en que podemos responder. La IA hace lo que le dices de acuerdo al prompt. El prompt son las instrucciones que tú le vas a dar al robot a través de un cuadro de diálogo para que haga algo. Este no se gobierna solo.
-¿Cuáles son los beneficios del uso de la IA en ámbitos diferentes al académico?
Con la IA se puede saber en cuánto tiempo se va a desarrollar un cáncer de mama antes de que se tenga un síntoma, pronostica con cinco años de anticipación la enfermedad. Otro ejemplo, con la IA los padres podrían recibir data de sus hijos que están en el colegio, solo tendrían que entrar a un bot (programa), preguntarle las asistencias y calificaciones y este se las daría en segundos.
-¿Usar la IA tiene aspectos negativos?
Si pasara algo malo con el uso de la IA, la culpa no la tendría esta herramienta sino el hombre, quien está detrás, manejándola. Un ejemplo, el chatGPT no es reconocido por ningún software de antiplagio. Hasta el año 2024 Turnitin no tendrá ninguna fórmula para reconocer el texto generado por la IA. Eso no lo detecta ahora, pero lo hará y se conocerá quiénes han plagiado.
-¿En el futuro, la IA podría reemplazar al ser humano en su trabajo?
Es muy probable que algunos trabajos desaparezcan, pero es más posible que aparezcan otras labores. Por ejemplo, cuando surgió la calculadora la gente pensaba que le haría un daño terrible al cálculo mental y, por el contrario, trajo muchos beneficios. Lo que sí va a pasar es que los que no usen la IA no tendrán empleo. Creo que este es el momento para meterse en la IA. Si quieres perpetuar tu labor tienes que ser capaz de adaptarte a los nuevos tiempos. Los que no trabajen con IA, los que se oponen al cambio van a ser expectorados por el sistema.
-¿La IA puede convertirse en un peligro para la existencia humana?
La IA ha venido para quedarse. No debemos ver en esta una calamidad planetaria, pensar que dominará el mundo y que vivimos nuestros últimos días. Todavía está muy lejos de ser como Skynet (IA de la película Terminator que extermina a los seres humanos). Más bien hay que ver a la IA como una oportunidad para hacer cosas. Por el momento, no hay un futuro apocalíptico.
-¿Qué significa para la universidad la creación de Illariy?
San Marcos es referida como una universidad que no tiene tecnología, pero, ¿qué pasa cuando las herramientas están a tu disposición y puedes hacer cosas desequilibrantes? Hay universidades que están en mejor posición económica que la nuestra; sin embargo, estamos aplicando el intelecto y haciendo historia siendo pioneros al utilizar IA. El mayor aporte de Illariy es que le hemos enseñado a los que hablan lenguas originarias que podemos grabar su lenguaje. Así podemos preservarlo. La IA puede ser un medio bondadoso para hacer cosas de esta naturaleza.