Uno de los principales problemas del país es la pésima educación que se imparte, más en el sector estatal. Muchos padres de familia piensan que con enviar a sus hijos al colegio ya es suficiente. Y por el lado de los profesores, en su gran mayoría, solo están ahí para cumplir sus horas de enseñanza, porque lo más importante para ellos es el sueldo que recibirán a fin de mes. Si bien hay una estrategia para la vigilancia y el seguimiento del avance académico, en muchos casos los informes son “arreglados”. Esta situación se ve más en provincias, en los pueblos alejados, donde es casi imposible fiscalizar a los docentes. Y claro que hay también buenos profesionales, pero son minoría. Para la enseñanza, tener un título no es suficiente. Demanda vocación, esfuerzo, dedicación y amor a nuestros niños y niñas, nuestros futuros ciudadanos que tomarán las riendas de sus familias, comunidades, pueblos o ciudades. Es decir, el Perú estará en sus manos