Comenzó a aplicarse la declaratoria de emergencia en los distritos limeños de San Juan de Lurigancho, San Martín de Porres, y en algunos puntos de la provincia de Sullana, en Piura, y ya se iniciaron los problemas. Uno de los mayores es que la medida contra la delincuencia implica la suspensión de las actividades comerciales desde la medianoche hasta las cuatro de la mañana del día siguiente, lo que sin duda afecta a muchísimos negocios, especialmente del rubro de entretenimiento y diversión, cuyos responsables ya han hecho sentir su malestar. Mucho cuidado que el remedio resulte peor que la enfermedad. Lamentablemente acá se han tomado medidas sin un plan integral o una estrategia. Todo parece show para las cámaras, y por eso surgen inconvenientes que debieron ser previstos. Es vital atender la lucha contra la inseguridad, pero sin afectar el bolsillo y la generación de empleo en quienes laboran honestamente.