El ministro de Defensa, Rafael Rey, insistió hoy en que las pruebas aportadas por su país respecto al supuesto espionaje cometido por Chile son 'suficientemente claras y absolutamente irrefutables', por lo que Lima insistirá ante Santiago para que dé respuestas concretas.
'No sé si los nombres (de los supuestos enlaces chilenos en el espionaje) que se han dado son reales o ficticios, pero las personas que contactaron y compraron al señor Ariza son reales y lo demás es simplemente especulación', dijo Rey.
El ministro reaccionó así después de conocerse que el fiscal nacional chileno Sabas Chahuán decidió no abrir investigación en Santiago debido a que las identidades citadas por el Perú como supuestos enlaces no existen dentro de las Fuerzas Armadas de Chile.
Para Rey, era obvio de antemano que los nombres de Víctor Vergara y Daniel Márquez no figuren en la lista, por tratarse de personal de Inteligencia. Las versiones de prensa peruana apuntan a que esos dos personajes se llaman en realidad Adrián Bravo y Jaime López, de quienes sí se ha reconocido en Chile que son militares en retiro.
El Perú, que en su momento condicionó las buenas relaciones con Chile a la aclaración de los hechos, reaccionó con calma ante la negativa de Chahuán, pero, a través de Rey y previamente del ministro del Exterior, José Antonio García Belaunde, anticipó que pedirá más explicaciones de Santiago.
'Habrá nuevos pedidos, pero más detallados. Esperamos la colaboración del gobierno de Chile', dijo García Belaunde. 'Básicamente, hay que volver a hacer el pedido porque los nombres fueron los primeros que aparecieron y, como sospechábamos nosotros, no correspondían', añadió.
El canciller peruano dijo que le pedirá a la jueza que ve el caso en el Perú, Antonia Saquicuray, que le transmita la información que maneja para hacer por vía diplomática nuevos pedidos a Chile.
A mediados de noviembre saltó a la luz pública la detención del suboficial FAP Víctor Ariza, acusado de venderle secretos militares a Chile desde 2004 por 3.000 dólares mensuales. Eso generó un gran escándalo entre ambos países, ya que mientras el Perú decía que las pruebas eran contundentes Chile negaba tajantemente las acusaciones.
DPA