Debido a la difusión de información falsa sobre las vacunas contra el coronavirus, cientos de personas se resisten a ser inoculadas. “La única pandemia que tenemos está entre los que no están vacunados. Están matando gente”, ha dicho el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
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Esta realidad no solo ocurre en Estados Unidos, sino en diferentes partes del mundo. En en el centro de Inglaterra, el caso de Faisal Bashir, un hombre de 54 años y con excelente estado físico, se ha vuelto viral en las últimas horas.
“Me ofrecieron la vacuna, pero fui arrogante (...) Iba al gimnasio, montaba en bicicleta, caminaba y corría. Como estaba fuerte y saludable pensé que no la necesitaba. Además, si al final resultaba que no era seguro, no habría corrido ningún riesgo”, contó a la BBC.
“Pero la verdad es que no pude evitar el virus. Lo agarré, no sé cómo ni dónde”, relata.
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Bashir, fue dado de alta el pasado miércoles después de una semana en el hospital recibiendo oxígeno. Él admite haber sido influenciado por información que abunda en las redes sociales, así como por las noticias sobre el riesgo extremadamente bajo de coágulos en la sangre con la vacuna AstraZeneca.
Pero ahora quiere es alentar a los demás para que no cometan el mismo error.
“La gente está llenando los hospitales porque toma riesgos y esto está mal. Me siento terrible. Me siento tan mal que espero que hablar ayude a otros a evitar esto”, dice.
Agradece estar vivo
Otro hombre identificado como Abderrahmane Fadil, un profesor 60 años con dos hijos pequeños, también se arrepiente de no haberse inoculado a tiempo. Según dijo, desconfiaba de las vacunas debido a la velocidad con la que se estaban aplicando.
Fadil terminó en cuidados intensivos durante nueve días, la primera vez que pasaba una noche en el hospital desde que llegó de Marruecos en 1985.
“Mi esposa se puso la vacuna. Yo no, era reacio. Estaba haciendo tiempo pensando que ya había convivido con virus, bacterias y que mi sistema inmunológico era lo suficientemente bueno. Tuve síntomas de covid-19 al comienzo de la pandemia y pensé que tal vez ya la había pasado, que mi sistema inmunológico reconocería el virus y tendría defensas”, relata.
“Este fue el mayor error de mi vida. Casi me cuesta la vida. Tomé muchas decisiones tontas en mi vida, pero esta fue la más peligrosa y grave (...) Estoy encantado de estar vivo”, reconoce.