“Desde niño  quise serel Inca”
“Desde niño quise serel Inca”

El Inca, el “Hijo del dios sol”, fue la suprema autoridad del imperio y hasta nuestros días es considerado como un ícono sagrado. Es así que en Cusco, miles de pobladores locales y turistas aguardaron por la aparición de este personaje que, por octava vez, fue interpretado por el actor Nivardo Carrillo Gutiérrez el pasado 24 de junio. Con el temple de siempre, el actor participó en la tradicional escenificación del Inti Raymi en la fortaleza de Sacsayhuamán y nos llevó al encuentro con un pasado histórico y único del Cusco.
Este personaje es uno de los más aclamados en toda escenificación y rituales que se celebran en el Cusco e incluso en el extranjero, ya que “no cualquiera puede ser el Inca”, como el propio actor nos relata.

ARTEDEFAMILIA
Es en ese entender que el actor, cantante y poeta contó a OJO los pormenores de su participación en la antigua ceremonia inca, citando que lo suyo con el arte viene de generación, ya que su familia completa, desde sus bisabuelos, son artistas, por lo que “yo nací en un familia de artistas y desde muy niño me involucré en el mundo maravilloso de las artes”.
“Mi preparación para interpretar al Inca fue todo un proceso, pues mi padre, en principio, siempre me impulsó en las artes escénicas. A través del mundo andino me involucró en el quechua, música y danza. Desde muy pequeño me interesé por el personaje del Inca y siempre quise interpretarlo, por lo que me preparé. Incluso cuando era niño mi familia y algunos vecinos me llamaban “el Inca”.

OCHO AÑOS COMO INCA. Este año fue el octavo haciendo el papel del soberano Inca. En 1998, Nivardo interpretó por primera vez el rol que, según él, conlleva un gran honor y una gran responsabilidad, ya que no solamente se trata de interpretar la parte física, sino la parte espiritual e intelectual y hacer un aporte que transmita la herencia y la cultura de nuestros antepasados a los cusqueños, sobre todo a los jóvenes y a los ciudadanos extranjeros que llegan al Cusco.
En otro momento, el actor mencionó que una de las cosas que lo enorgullece más es sentir que esta interpretación es para las familias cusqueñas y del Perú. Por eso, no solo se prepara varios meses antes de junio, sino durante todo el año con el fin de elevar a un máximo nivel año tras año la escenificación del Inti Raymi.

CON INSPIRACIÓN
Cuando se le consultó sobre si su interpretación es la misma año a año, Nivardo confesó que no es así. “Cada año debo buscar una nueva inspiración”, precisó.
Por ejemplo, este año usó como inspiración al inca Pachacútec. Por eso, el pasado 24 de junio se tuvo a un inca mucho más humano, una interpretación más subliminal, en otras palabras, un inca más paternal, como los cronistas dicen que era Pachacútec.
Para culminar, el Inca cusqueño mencionó que se necesita fortalecer la identidad cultural en los jóvenes y dar a conocer el gran valor histórico de nuestro pasado imperial.
“La juventud necesita tener presente a un referente que represente su cultura, su pasado milenario y en ese camino va mi interpretación. Todos debemos sentirnos orgullosos de dónde venimos y adónde vamos”, manifestó el actor cusqueño.
Aunque no lo quiso decir, los cusqueños vibran por su pasado con su interpretación.