El encanto de Bella Luz
El encanto de Bella Luz

Yanina Canales Soto, la “Encantadora Bella Luz”, es una emprendedora que comparte la adrenalina de los escenarios artísticos con las atenciones en emergencias en la Compañía de Bomberos de Huancavelica N° 56.

¿Cómo nace la “Encantadora Bella Luz”?

En la Plaza Santa Ana, mientras conversaba con un amigo. El primer nombre con el que me inicié en el canto fue “La Princesita de Auquivilca”, pero como Auquivilca significa “nieto y abuelo”, mi primo me dijo que busque otro nombre; y así, en juego de palabras, salió ese nombre “Encantadora Bella Luz”.

¿Por qué el nombre artístico?

Para mi vida artística prefiero usar otro nombre, no mi nombre. Porque cuando estoy en los escenarios es como si me transformara.

¿Qué te gusta expresar a la población?

Me gustan las tunantadas, expresar a la población las letras bien claras, a veces sobre el desamor, otros de niños que crecen sin padres.

¿Son temas que se ven mucho en la realidad de Huancavelica?

Sí, por ejemplo, hay un tema de Haydée Raymundo que dice Mana Mamallocc o Mana Taytallocc, que cuenta que ella no conoce el amor de un padre o de una madre. Aquí (en Huancavelica) hay mucha gente que vivió eso; por ejemplo yo, tengo a mis padres vivos, pero viví poco con mi papá.

Otro tema que se ve bastante es el desamor, ¿te tocó vivirlo?

Otro tema por el que sufren las personas es el desamor; las personas que quieren pero no son correspondidas, muchos sufrimos de eso.

¿Tú también?

Sí, en mi persona también lo he pasado.

Cuéntanos esa historia...

Noooo, qué roche (risas).

¿Qué pasó?

Bueno, en el desamor, me pasó que llegué a querer a una persona, pero esa persona me veía como una amiga más.

Te mandó a la “friendzone”...

Sí.

¿Qué hiciste?

Me dediqué a cantar. Cuando volví de Lima a Huancavelica, me dediqué al canto y realicé ese proyecto en Huancavelica.

¿Lograste olvidarlo?

La palabra olvido, no sé, pero logré superarlo; lo tengo presente, pero no lo veo como una pareja, sino como un amigo.

¿Cómo empezaste a cantar?

Primero, cuando iba a los conciertos me llamaban bastante la atención, y me imaginaba en el escenario. Eso me empujó al canto. Comencé en un taller de canto, ubicado por la salida a Huancayo; comencé a afinar la voz y fue poco a poco, eso me llevó al canto. Mi tío estaba de mayordomo en mi pueblo, Sellcca Santa Ana, eso me empujó más al canto.

¿Cómo así pasaste de los escenarios a la Compañía de Bomberos?

Cuando estudié mi carrera en Lima, técnica en enfermería, una profesora me recomendó que en las tardes vaya a la Compañía de Bomberos. Me llamaba la atención, pero no se dio en Lima, sino en Huancavelica. Fue gracias a mi amigo Ricardo, cuando le llevé unos materiales a la Compañía; pregunté cómo entrar y ese mismo día me presentaron al subteniente Clyde Montoya, quien me hizo el recibimiento.

¿Cuánto tiempo llevas en el Cuerpo de Bomberos?

Ya es casi un año que llevo en la Compañía de Bomberos.

Esa vocación, ¿tiene una dosis alta de adrenalina?

Sí, en cada emergencia. Cuando suena el teléfono, siempre estamos a la espera de emergencias; pero cuando no pasa eso, estamos aburridos. Cuando las hay, se siente esa adrenalina, la emoción de querer ayudar al prójimo.

Sí, en cada emergencia. Cuando suena el teléfono, siempre estamos a la espera de emergencias; pero cuando no pasa eso, estamos aburridos. Cuando las hay, se siente esa adrenalina, la emoción de querer ayudar al prójimo.