El más bello regalo navideño
El más bello regalo navideño

Felícita tiene 60 años, es de Tocache. Antes que le detectaran cáncer de mama tenía una hermosa cabellera negra que le llegaba hasta la cintura. En noviembre, médicos del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (Inen) la operaron para extirparle el tumor. Ahora recibe quimioterapia y, como era de esperarse, sus hermosos cabellos se cayeron.

“Me daba vergüenza que me vean sin pelo. Me dijeron que compre la peluca, pero como está carita, no pude. Usaba un trapito para cubrirme la cabeza. Para venir a la cita, mi esposo me compró una gorrita”, cuenta Felícita, quien tuvo que madrugar junto a su hija para venir desde Ate a su cita en el hospital.

El regalo. Dicen que la Navidad es de los niños, pues son los que esperan con más entusiasmo los regalos. Sin embargo, un obsequio, dado con el corazón, puede alegrar también a los grandes, más aún si es algo que tanto necesitabas pero que no podías comprar. A Felícita la Navidad se la adelantaron el pasado miércoles, mientras esperaba su segunda quimioterapia en el Inen. “Ha sido como un regalo. No pensaba usar peluca nunca, yo pensaba usar no más la gorrita, no da la economía. La peluca está cara. Ahora voy a llegar a la casa (con la peluca) y se va a asustar mi esposo (risas). Ha sido como un regalo de Navidad”.

“Ven, mírate al espejo. Ella se tiene que mirar y ver si le gusta”, dice una de las voluntarias de la Alianza de Apoyo al Inen (Alinen) mientras le coloca la peluca a Felícita. “Sí, sí. Me gusta”, responde Felícita con emoción.

“Confirmamos que ella es paciente de acá, tomamos sus datos y le damos la peluca con el compromiso de que cuando a ella le crezca el cabello la devuelva. Nosotros la hacemos lavar para que otra persona lo use. Para eso son las donaciones. Mira, está feliz. Pensó que le íbamos a cobrar”, cuenta una de las voluntarias.

generosas. Ver sonreír a Felícita no tiene precio. Su alegría es gracias a la generosidad de tres mujeres.

Organizar el sistema de donaciones no fue fácil. Pero como dice Elizabeth Cisneros, presidenta de Alinen, “todo en esta vida se aprende”.

“Un día, hace dos años, encontramos varias cajas con cabellos donados. No teníamos dónde almacenarlas, tampoco había presupuesto para eso. Entonces, el año pasado hicimos un presupuesto para las pelucas, y buscamos tejedoras, pero nadie tejía por menos de 120 o 150 soles. Dijimos tanta plata es, pero igual no podíamos votar tanto pelo que teníamos. Fue así que nació el programa “Cabellos y lazos de amor”, lo patentamos”, explica Elizabeth.

DONACIÓN. Con tanto cabello y sin dinero para hacer las pelucas, un día una amiga, interesada en donar su cabello, le ofreció también darle el dinero para tejer la peluca.

Es así como desde hace un año funciona el sistema de donación. La persona interesada trae su pelo y, además, dona 50 soles para confeccionar la peluca. Las voluntarias del Inen entregan un recibo de donación, juntan el dinero y cuando han recolectado cabello de tres cabezas, más 150 soles, lo envían a tejer.

Felícita es una de las 400 mujeres que este año han recibido una peluca totalmente gratis de manos de las voluntarias de Alinen. Ella está feliz y vuelve a sonreír en esta Navidad.