Empleados son blanco de extorsiones
Empleados son blanco de extorsiones

El número 767-8777 ya no timbra. Pero sí funcionaba el pasado 17 de marzo, cuando desde un penal de Lima el “dueño” de ese teléfono hizo la última llamada a un trabajador de una empresa minera que vive en Los Olivos. Le exigía dinero a cambio de no atentar contra su vida. Tras recibir el monto exigido, el extorsionador desactivó la línea telefónica.
De ese mismo número habían llamado el 3 y 15 de diciembre de 2014 a otras dos personas en San Martín de Porres y Ate. Las víctimas, cuyo sueldo supera los S/. 3 mil, laboran para reconocidas empresas del sector construcción. Quien los llamó dijo ser un secuestrador y se ufanó del poder que tenía para hacerles daño si no le daban lo que pedía.

EN LA MIRA. Estas tres historias son solo una muestra del nuevo blanco al que apuntan los delincuentes. La Policía Nacional reveló que el enfoque de los extorsionadores ha ido cambiando en los últimos meses y ahora buscan a personas de clase media e incluso media alta. Ello por la migración de actividades de la delincuencia: han pasado de la comercialización de drogas a la extorsión.
Ahora, los extorsionadores no solo se enfocan en los empresarios emergentes, sino también escogen a sus víctimas en las clases media y media alta. “Reúnen sus datos personales. Luego buscan el momento para llamarlos a ellos o a su familia y simular, por ejemplo, un secuestro”, explicó a OJO una fuente policial.
¿Cómo el hampa consigue estos datos? Según investigaciones, existe una red dedicada a la venta ilegal de datos personales y que tiene en su poder diversa información de empresarios y ejecutivos de Lima, como teléfonos, ingresos mensuales y hasta cuentas bancarias. Esta información privada es adquirida por organizaciones delictivas para materializar sus delitos.
“Se estima que cada extorsionador hace un aproximado de ocho mil llamadas al mes hasta encontrar a su víctima”, contó el jefe de la Dirincri, general PNP José Luis Lavalle.
Dijo que son muy pocas las víctimas que realizan las denuncias, pues en muchos casos prefieren resolver el problema por su cuenta.

CIFRAS. Según el Ministerio Público, las denuncias por extorsión en los últimos cinco años aumentaron de forma alarmante. De 2010 a 2011, las denuncias por ese delito en Lima y Callao pasaron de 586 a 660. En 2012, se registraron 710 casos. En 2013 aumentaron a 933. Esta cifra creció en casi 30% en 2014 llegando a 1208.
Este año, la Dirincri estima que se han consignado, a la fecha, al menos 800 denuncias. Los casos de extorsión son frecuentes en Lima Cercado, Callao, San Juan de Lurigancho, San Martín de Porres, Comas, Ate, Independencia, Los Olivos, Santa Anita, Villa María del Triunfo y Puente Piedra.